Recientemente, nuestro país sufrió el embate de dos huracanes al mismo tiempo. Por un lado Manuel abatió las costas del Pacífico, dejando una estela de destrucción en varios estados de la República, especialmente Guerrero, y por el otro Ingrid, se adentró en los estados del Golfo de México, con consecuencias semejantes.
 
Si bien estos fenómenos no pueden controlarse todavía, la tecnología espacial es muy importante para prevenir sus efectos y para ayudar a mitigarlos. Así, que el disponer de tecnología espacial puede ser de vida o muerte en muchos casos. Algunos ejemplos de la utilidad de los satélites cuando ocurre un desastre causado por fenómenos naturales son los siguientes:
Satélites de observación de la tierra
Cuando ocurre un desastre causado por un fenómeno natural, tal como una inundación, un sismo o un deslave de tierra, mucha infraestructura se destruye: los edificios, las carreteras, las redes eléctricas y de comunicaciones, suelen ser arrasados. Como consecuencia, no hay buena comunicación y el transporte no puede moverse por la escasez de combustible. Todo esto hace que sea muy difícil entender la naturaleza de los daños y enviar ayuda a los sitios dañados. Bajo estas circunstancias, las imágenes satelitales son de las pocas herramientas que nos ayudan a comprender la naturaleza de los daños causados y así ayudar a su mitigación.

Satélites de comunicaciones
Una parte crucial de la respuesta efectiva a desastres es hacer llegar la información rápidamente a la gente que la necesita para la toma de decisiones. Después de un desastre, la comunicación satelital es casi el único recurso disponible para comunicar a las comunidades afectadas, ya que la infraestructura terrestre, tal como la fibra óptica y las líneas de microondas pueden haber sido destruidas.
 
Además de la pérdida de vidas humanas, los desastres causados por fenómenos naturales causan graves daños a la ecología y la economía de un país. El uso de la tecnología espacial es crucial para la prevención, administración y mitigación de los desastres. Es importante, entonces que México disponga de su propia infraestructura espacial para hacer frente a los retos que nos deparan los fenómenos naturales.