Mejicanos en el espacio; Carlos Olvera
(reseña)
Vicente Bohórquez….
En el ámbito nacional el género de ciencia ficción es muy prolífico aunque poco conocido. Una obra emblemática sin duda es Mejicanos en el espacio, de Carlos Olvera, un chihuahuense convertido mexiquense que cumple 50 años de su primera edición.
El autor
Carlos Emilio Olvera Avelar nació en el estado de Chihuahua en la población de Nuevo Casas Grandes el 9 de diciembre de 1940, está estrechamente ligado al Estado de México derivado de su relación con su alma mater la Universidad Autónoma del Estado de México en donde estudio historia, derecho y medicina, sin embargo su veta de escritor sería a la postre el hilo conductor de su vida.
Fue becado en Paris para estudiar dirección teatral, esto durante los convulsos años de 1968 a 1970. A su regreso al país continuó residiendo en Toluca, lugar donde es ampliamente reconocido y respetado.
Se podría decir que sus principales líneas de trabajo iban sobre el cuento y el teatro, sin embargo, es reconocida su única novela Mejicanos en el espacio, recomendación de este mes.
El contexto
Justo Mejicanos en el espacio, cumple en este 2018 50 años de su primera edición, la cual vio luz en los primeros meses de 1968, mucho antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos y por supuesto antes de los acontecimientos del 2 de octubre en Tlatelolco.
Olvera es ubicado como un escritor de la llamada “onda”, que junto con José Agustín, Parménides García Saldaña, Gustavo Sainz, René Avilés Fabila, tienen como vaso comunicante el acercamiento a la cotidianeidad de su condición de jóvenes irreverentes y con persistente conflicto con la autoridad, disfrute del sexo, drogas y rock and roll.
Muchos de estos escritores protestaban no sólo con las temáticas, sino también mediante el uso de un lenguaje transgresor de la misma sintaxis (Olvera usa cuatro puntos suspensivos por ejemplos) o simplemente por el uso de palabras consideradas deformaciones del lenguaje (algo así como las contracciones usadas hoy día en redes sociales).
Una buena parte de los relatos de la época aunque hay que decirlo, de cierto estrato social, se podría decir que es más o menos recurrente que los personajes no sean seres marginales y estén más cercanos a una juventud relativamente pudiente. Pese a ello la chabacanería y desenfado son también elementos por los cuales las obras de esta corriente son entrañables y altamente adictivas.
La guerra fría está a todo lo que da, el capitalismo lucha a muerte contra la amenaza roja, en lo inmediato la isla de Cuba es el modelo a seguir por los jóvenes idealistas. La cercanía con los Estados Unidos es un elemento crucial para entender el acotamiento de toda intensión socialista, pero de vez en vez los escritores de la onda hacen alusión a una descomposición social desde entonces ya preocupante.
La Obra
Mejicanos en el Espacio, aborda las aventuras del Teniente Raúl Nope, mexicano del siglo XXII que trabaja en una nave de la fuerza espacial mexicana con una misión relativamente sin importancia en una de las lunas de Júpiter: Ganímedes.
A bordo de la nave MCM-777 Zaragoza, el Teniente Raúl Nope, el Capitán Gus Blázquez, el Teniente Luisantonio Garcicrespo y el Cabo Ramos, son enviados a explorar el satélite Ganímedes en las lejanías de Jupiter. La nave mexicana es modesta pero versátil para la misión, sin embargo la tripulación no estaba del todo contenta con la misma pues consideraban innecesario enviarlos sobretodo porque a su entender no había nada que explorar ya.
En diez capítulos Nope nos va relatando su sentir como hombre del espacio o espacionauta como él mismo se define. De igual forma nos va relatando cómo es que se inclinó por esa carrera pero también lo que tuvo que dejar atrás; sin mucha melancolía eso sí.
A ratos parece se estuviera relatando la vida de un trailero, su soledad en las carreteras y el conducir una carga desconocida a entregar, las transas que planea hasta que un evento en el que su pellejo se encuentra en riesgo lo hace jugarse el todo por el todo trastocando su vida y la de sus compañeros en una intriga que lo mismo incluye a gringos que a marcianos en una interminable carrera espacial.
Olvera nos plantea a un Teniente Nope muy cotorro (para usar palabras onderas) chabacano y relajiento, pero que en un momento crítico sale a flote su sentido ético profundamente escondido como una suerte de llamado de atención.
De una entrevista (Excelsior, 19/05/1968, Milenio, 15/10/2018) se retoman las palabras del propio Olvera: “(…)yo creo que Mejicanos en el espacio es un cómic escrito, sin monitos, escrito muy en serio y no debe ser tomado tan en serio”.
El gobierno del Estado de México realizó una antología que incluye a Mejicanos en el espacio, un par de nada despreciables ensayos sobre la misma así como una serie de cuentos altamente recomendables. Se puede encontrar bajo el nombre de El colmillo del Gato. 
