Un pedazo de universo: los jóvenes y el futuro de la medicina espacial. El segundo foro de medicina espacial.

Aurelio Orta Reséndiz (Médico Pasante, INCMNSZ).

Fecha: 2015-08-01


Eran las 7:30 de la mañana del 15 de mayo de 2015 y me encontraba viajando en el metro de la ciudad de México, mi rumbo: la Academia Nacional de Medicina. Me había enterado por un amigo en las redes sociales que se realizaría un foro (en su segunda edición) sobre la medicina y las ciencias biológicas espaciales organizado por la Academia Nacional de Medicina en conjunto con la Agencia Espacial Mexicana. Como pasante de servicio social en investigación y curioso de la experiencia fisiológica del ser humano en un ambiente en el que la mayoría de los médicos no tienen experiencia, me decidí a asistir.
 
Llegué a la estación del metro de Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, sede de la Academia de Medicina, compré un lunch para más tarde (ya que estos eventos suelen ser largos) y me dirigí a la entrada del recinto. Al llegar había una fila de aproximadamente 30 personas entre las que destacaban estudiantes de medicina (en uniforme blanco), personas en ropa informal, otras con trajes oscuros y otras personas a quienes la gente se acercaba a saludar como viejos amigos o “celebridades” y a quienes yo no conocía.
 
Una vez adentro se hizo la presentación oficial del foro a cargo del Dr. Raúl Carrillo Esper con la presencia en el auditorio del Dr. Ramiro Iglesias Leal (considerado el padre de la medicina aeroespacial en México) a quien se dedicó el evento, se nombró en su honor y con quien tuvimos la oportunidad de charlar al final del evento, una gran persona. Fue así como dio comienzo. Se apagaron las luces y en la proyección dentro del auditorio apareció el rostro del Dr. Jeffrey A. Hoffman (astronauta de la NASA en cinco misiones y actual profesor de aeronáutica), y todos miramos atentamente al escucharle hablar de sus viajes, sus experiencias personales y anécdotas que sacaron sonrisas del auditorio para después hablar un poco de lo que más me interesaba: la adaptación fisiológica del ser humano y los problemas de estar en el espacio exterior.
 
A través de las horas que se hicieron cortas, los ponentes presentaron puntos de vista del enfoque de las ciencias físicas y químicas hasta las biológicas y abordaron el estudio del universo desde bases palpables aquí en la Tierra. Quedé impresionado al admirar en las diapositivas cosas que nunca pensé y otras más que habían cruzado mi mente. Recordé mis clases básicas en la secundaria y vi esos conceptos que eran difíciles de aprender con otros ojos.
 
Pasamos de lo básico a lo complejo durante las charlas. De la geología a la navegación espacial, de la teoría del Big bang (no esa serie de televisión) a las teorías de la vida en el espacio y de los requisitos para enlistarse a una misión espacial hasta los desafíos actuales de la astronáutica.
 
Durante el día que pasé en las conferencias algo me quedó muy claro: a pesar de que se han dado pasos gigantes en la carrera del universo, aún estamos “en pañales”. Sin embargo los ponentes y las personas que pudieron compartir sus experiencias e ideas dejaron entre ver que la visión de la medicina espacial en México y la aeronáutica son campos esperando a ser explorados y explotados. Nos dieron una visión del camino que necesita ser recorrido y de las ideas ambiciosas que hay para el futuro, de esas ideas que te hacen pensar que el mundo está cambiando.
 
Dentro de la medicina hay literalmente un universo que explorar. Al hacer un repaso de la historia de la medicina en la aeronáutica es evidente que el ser humano se ha valido de la creatividad y su ingenio para resolver problemas como la falta de oxígeno hasta los alimentos más sofisticados que pueden degustar los astronautas que pasan meses en el espacio. Los cambios inmunológicos, óseos, cardiovasculares y la posibilidad de cambios en la evolución de las enfermedades infecciosas en el espacio me dejaron atónito y maravillado. Y creo que no fui el único.
 
Como señaló en varias ocasiones el Dr. Carrillo Esper, la presencia de un auditorio joven justificaba el evento. “Es para ustedes”, nos dijo a un grupo de jóvenes médicos al finalizar el foro. Después de tan especial evento me quedé con esas palabras y con la noción de un futuro prometedor para las ciencias del espacio en México. Estos eventos son los detonadores de inspiración (como en mi caso) que muchas veces buscamos los jóvenes para emprender un proyecto, una aventura y hasta un plan de vida. Con la premisa de que los proyectos e innovaciones futuras estarán a cargo de las nuevas generaciones es mejor de una vez darnos baños de espacio desde ahora por que el camino es largo de recorrer.



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Revista Hacia El Espacio de divulgación de la ciencia y tecnología espacial de la Agencia Espacial Mexicana.