Los proyectos espaciales pueden ser una herramienta para fomentar el aprendizaje de las disciplinas STEM, (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Dada la naturaleza multidisciplinaria del espacio, un proyecto espacial crea un entorno favorable para que los estudiantes investiguen diferentes temas y a las vez experimenten y realicen actividades con un fin práctico. Es por eso que, a través de proyectos espaciales, los estudiantes pueden estar más motivados a aprender e investigar, a que si las materias de ciencia y tecnología se enseñan de manera abstracta, como tradicionalmente se ha hecho hasta ahora.
El uso de proyectos espaciales para la enseñanza de la ciencia y la tecnología no está limitado a los principios de la física. Los temas científicos y tecnológicos que se pueden abordar a través de los proyectos espaciales son muy variados, ya que el tema espacial permea en casi todas las disciplinas científicas y tecnológicas: la física, la geografía, la ciencia de materiales, las ciencias ambientales y hasta la medicina, son solamente algunas de las disciplinas que se pueden abordar a partir de los proyectos espaciales. Por lo tanto, es evidente que la enseñanza de la ciencia y la tecnología a través de los proyectos espaciales tiene la ventaja adicional de proporcionar una visión unificadora de las disciplinas científicas y tecnológicas, lo que nos lleva naturalmente a la necesidad de trabajar en equipos multidisciplinarios.
Así, el introducir proyectos espaciales en el aula puede empezar desde las etapas más tempranas del aprendizaje hasta las más avanzadas. En la educación básica, los proyectos espaciales pueden girar alrededor de desarrollo de cohetes de agua, por ejemplo, hasta la investigación de las características de los distintos tipos de satélites que orbitan la tierra.
En etapas más avanzadas de la educación como en el nivel medio superior, se pueden introducir disciplinas como la mecatrónica y las comunicaciones para que los alumnos realicen proyectos experimentales realicen proyectos basados en CanSats, receptores de señales satelitales, o desarrollo de globos instrumentados para investigación atmosférica. En los niveles superiores, se puede ser más ambicioso y desarrollar nanosatélites, rovers y robots espaciales.
Otros temas que se pueden introducir en cualquier etapa educativa pueden ser la investigación de aplicaciones relacionadas con el espacio. Por ejemplo, realizar aplicaciones a partir de la obtención de la posición geográfica a través de un receptor GPS, puede ser una experiencia muy interesante que ilustre diferentes aspectos del desarrollo espacial y que utilice la ciencia, la ingeniería y las matemáticas. Desde luego, hay muchas otras posibilidades, como el empleo de imágenes satelitales gratuitas para analizar aplicaciones de interés para los alumnos.
Es por eso, una forma muy efectiva de atraer y motivar a las nuevas generaciones para que inicien carreras en la ciencia y la ingeniería es involucrar a los jóvenes estudiantes en el desarrollo de proyectos espaciales. El desarrollo de estos proyectos puede empezar desde etapas muy tempranas en la formación de los estudiantes y su complejidad se puede ir aumentando gradualmente hasta llegar al desarrollo de sistemas complejos tales como nanosatélites educativos.
Así, la enseñanza de la ciencia y la tecnología puede abordarse desde la perspectiva espacial para lograr un mejor aprendizaje entre los estudiantes de todos los niveles educativos y a la vez lograr el desarrollo de proyectos con fines prácticos. Estamos ante una gran oportunidad y seguramente con el entusiasmo y dedicación de educadores como el Dr. Aguilar, lograremos que las nuevas generaciones abracen la ciencia y la tecnología y estén capacitadas para resolver los retos que enfrentamos como humanidad.