Los escudos térmicos son esenciales para proteger naves y tripulaciones durante la reentrada atmosférica en misiones espaciales. Estos se dividen en dos categorías principales: ablativos, que se descomponen durante la reentrada para disipar el calor, y refractivos, que reflejan y dispersan el calor sin consumirse. Los avances recientes en materiales compuestos y nanotecnología han mejorado la eficiencia y la resistencia de estos escudos, permitiendo misiones más seguras y económicas.