Desde hace mucho tiempo se conoce que algunas enfermedades infecciosas como el cólera, el dengue y la enfermedad de Chagas, por ejemplo, están relacionadas con factores ambientales. La temperatura, la humedad del ambiente, y la concentración de partículas en el aire, entre otros factores, determinan la propensión a brotes de enfermedades, ya que estas variables están relacionadas con las condiciones que propician la supervivencia y multiplicación de organismos que las causan o las transmiten, como bacterias, o mosquitos.
También sabemos que los satélites de observación de la tierra, a través de mediciones de la radiación electromagnética que refleja o emite la Tierra en forma de luz visible o infrarroja, pueden medir parámetros ambientales como la temperatura de la superficie terrestre, la humedad, la concentración de gases de efecto invernadero, la concentración de partículas suspendidas en el aire, entre otros, por lo que los datos que proporciona la percepción remota satelital podrían correlacionarse con la aparición de enfermedades.
Así, los datos satelitales ya se han empleado para detectar brotes de enfermedades. Por ejemplo, en la primera década de este siglo, investigadores liderados por la Dra. Rita R. Colwell, autoridad mundial en epidemiología y profesora distinguida de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, utilizaron imágenes del satélite LandSat para demostrar que había una correlación entre las concentraciones de clorofila en cuerpos de agua y los brotes de cólera. Otros investigadores han empleado datos satelitales para determinar los lugares más probables para que haya brotes de dengue y han demostrado que su desplazamiento a lugares en donde no había existido se deben al aumento de temperatura de las regiones, debido al cambio climático, que propicia la proliferación de los mosquitos Aedes Aegypti, que propagan la enfermedad.
Imagen: Dra. Rita R. Colwell, Wikipedia.
En la actualidad, debido a los avances recientes de la ciencia de datos, es además posible aplicar técnicas de aprendizaje automatizado para generar modelos predictivos para determinar cuándo puede surgir el brote de una enfermedad. Estos modelos predictivos se obtienen al relacionar los factores ambientales que previamente ya se han identificado como relevantes para detonar la enfermedad con los lugares en donde aparecen las enfermedades. Esto permite que, una vez que se modela y comprende la dinámica de una enfermedad, las imágenes satelitales se pueden usar para monitorear los lugares donde es más probable que ésta surja y, una vez que se comiencen a dar las condiciones para que esta brote, alertar a la población antes de que la enfermedad se manifieste. Así, muchas enfermedades virales nuevas como el Covid-19 que actualmente estamos padeciendo, en principio se podrían predecir.
Aunque estas técnicas son muy prometedoras, la aplicación de la percepción remota satelital a la predicción de surgimiento de enfermedades, es es un área de investigación emergente. Todavía se requiere de mucho trabajo para dar resultados confiables. Entre otras cosas es necesario contar con un mayor número de observaciones para afinar los modelos predictivos y la aplicación de nuevas técnicas estadísticas y de aprendizaje automatizado.
Con el tiempo, la percepción remota satelital se podrá convertir en una herramienta muy importante para preservar la salud humana a través de proporcionar alertas tempranas ante el brote de enfermedades infecciosas como el Covid-19. Para desarrollar esta herramienta, se requiere de mayor cooperación entre todos los países, pero sobre todo de una mayor inversión en desarrollo científico y tecnológico, así como en la formación de capital humano calificado en muy diversas áreas. La percepción remota satelital aplicada a la detección de enfermedades requiere de médicos epidemiólogos, científicos de datos, biólogos, meteorólogos, sociólogos y muchos otros profesionales competentes que cooperen entre sí y que conozcan los métodos de trabajo de cada uno de ellos. Es una disciplina multidisciplinaria e interdisciplinaria.
La actual pandemia del Covid-19 es una gran oportunidad para que los tomadores de decisiones de todo el mundo reflexionen sobre la importancia de la investigación en ciencia y tecnología espacial y dediquen más recursos al desarrollo para su aplicación a la preservación de la salud humana.