Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar .
Lao Tzu
Marco Lepe, viajero del tiempo, se nos adelantó. Se fue cuando tenía mucho por hacer, mucho por concluir, mucho por aportar. Anticipado a su época, nació en el siglo 20 y remontó hacia las estrellas el pasado 16 de octubre de 2021. Pionero del desarrollo espacial, inquieto y brillante, Marco Lepe dejó muchas enseñanzas para todos aquéllos que lo conocimos y una gran inspiración para seguir su trabajo. Que estas líneas sirvan como un humilde homenaje a un gran innovador, gran ser humano y mejor amigo.
Marco Alfonso Lepe Cisneros nació en Manzanillo, Colima, el 29 de julio de 1950. Desde niño fue muy curioso y se interesaba por las cuestiones mecánicas y el funcionamiento de todo tipo de artefactos. Esa afición lo marcaría durante toda su vida. Estudió leyes en la Universidad de Guadalajara y emigró a Tijuana, B.C. en los años 70 del siglo pasado. Ahí se estableció como diseñador líder en una empresa fabricante de textiles automotrices y destacó como inventor y generó varias patentes. Más adelante en su vida, las regalías que recibiría por sus innovaciones le permitirían financiar y dedicarse a lo que más le interesaba: El aprovechamiento de la ciencia y la tecnología para mejorar nuestras condiciones de vida.
En Tijuana, formó la empresa L P Bond, Investigaciones y Desarrollos del Tercer Milenio, S. A. de C.V., una empresa inusual en nuestro entorno, ya que se dedicaba íntegramente a la investigación y desarrollo, un lujo que solamente se pueden dar corporativos muy grandes que cuentan con excedentes suficientes de fondos para hacerlo. En LP Bond, Marco dedicó todas sus energías y recursos financieros para desarrollar aplicaciones aeroespaciales, entre las que destacan una base de lanzamiento de cohetes montada en globos estratosféricos y diversos cohetes lanzadores de propelente híbrido, que pretendía usar para poner en órbita satélites pequeños.
Su inquietud también lo llevó a desarrollar vehículos aéreos no tripulados de ala fija y de despegue vertical y otros productos más, como un pequeño auto eléctrico de muy bajo costo para transporte de personas y carga. También formó, en colaboración con distinguidos científicos y tecnólogos mexicanos, el Instituto Mexicano del Grafeno, A. C., una organización dedicada a generar nuevas aplicaciones del grafeno como baterías más eficientes y livianas para mejorar el desempeño de los autos eléctricos. Es difícil citar la cantidad de desarrollos tecnológicos que Marco creó e impulsó, la lista es muy larga. Muchos de estos desarrollos siguen ahí, pendientes de que se vuelvan innovaciones que impacten el mercado.
Su formación de abogado tal vez era lo que le daba esa gran imaginación que tal vez está vedada a los ingenieros cautelosos, que se ponen límites ficticios en sus creaciones por su conocimiento de la ciencia y la técnica. Marco era diferente, era audaz: sin imponerse límites, echaba a volar su imaginación y concebía proyectos que después sus ingenieros llevaban a la realidad: Su imaginación nunca descansaba. Su energía era inagotable. Siempre estaba trabajando en un proyecto nuevo.Para él no había imposibles.
Marco era un tipo afable, sociable, empático, muy diferente al estereotipo de científico retraído de las películas de Hollywood. Comunicador extraordinario, siempre estaba dispuesto a compartir sus conocimientos y sus ideas con todo el mundo. Le interesaban principalmente los jóvenes, a quienes servía de mentor para guiarlos en los temas de la innovación. Su talento no se limitaba a lo técnico. Le interesaba difundir la cultura empresarial y sobre todo la ética.
No hay palabras para definir a Marco Lepe. Sí alguien disfrutaba de la vida era él. Siempre agradecido, siempre sonriente, siempre con la intención de servir. No he conocido ser más empático que Marco Lepe. Conectaba enseguida con su interlocutor, algo que no es fácil de encontrar. Siempre atento. Siempre amable. Siempre al servicio de sus semejantes.
Marco Lepe fue un gran innovador y pionero del desarrollo espacial mexicano. Es una pena que nos haya dejado prematuramente. Los que nos quedamos tenemos la obligación de continuar su tarea y lograr su sueño.
Hasta siempre, Marco