Te ha pasado que al caminar de noche levantas la mirada y te preguntas ¿Estaremos solos en el universo? Una pregunta realmente emocionante y, si hay habitantes en otros mundos ¿Cómo serán?
Si recurrimos a la ciencia ficción, los extraterrestres regularmente toman atributos semejantes a nosotros, situación que resulta verdaderamente improbable ya que nuestra especie es el resultado de un sin número de “accidentes afortunados”, espera, ¿Cómo que “accidentes afortunados”?, pues veamos, el más reciente de ellos es el gran impacto del asteroide conocido como Chicxulub, el cual está relacionado con la extinción de los dinosauros lo que abrió una ventana de oportunidad para nuestra especie, de esta forma, junto con mucho otros eventos que podríamos llamar catastróficos a nivel planetario como el efecto bola de nieve o el impacto de Theia en nuestro planeta lo que dio lugar al surgimiento de la luna, todos ellos, aportaron las condiciones para que existiéramos tal y como nos conocemos el día de hoy, sin embargo, es muy poco probable que otros planetas hayan tenido los mismos “accidentes afortunados”, por lo que lo más probable es que cuando encontremos vida en otros planetas, esta no sea tan semejante a los humanoides que vemos en las tiras cómicas. Espera, ¿Hemos dicho cuando encontremos? Sí, estamos partiendo de la premisa que lo más probable es que exista vida en otras partes del cosmos y es precisamente la astrobiología, la ciencia, nuestra mejor oportunidad para poder identificarla. Como nota al margen, en próximos artículos hablaremos sobre los “accidentes afortunados”, ya que son eventos fascinantes, pero por el momento, nos acotaremos a la astrobiología.
Para ingresar en materia, imaginemos que estamos en un bosque y al ver a nuestro alrededor parece que estamos solos, sin embargo, una mente entrenada podría ver que la vida nos rodea por todas partes, cerca de la rama que está a nuestra derecha hay un insecto palo, perfectamente mimetizado con su entorno, es decir, parece una rama más del árbol, en términos militares lo llamaríamos camuflaje, podríamos decir, bueno, es pequeño y pasa desapercibido, pero, de repente, un sonido nos sobresalta y sin saber de dónde proviene brincamos de nuestro lugar, buscamos en todas partes y lo volvemos a escuchar, hasta que descubrimos que a nuestro lado izquierdo esta un nictibio urutaú, mejor conocido como ave fantasma, la cual, al igual que el insecto palo es inofensivo y resulta encantador, es un ave de gran tamaño que no habíamos visto. Vaya, la vida comienza a aparecer en todas partes con mariposas adheridas al árbol en el que estábamos recargados perfectamente camuflajeada con su corteza, en el insecto hoja en la rama lateral y, con un poco más de observación, encontramos que en la roca que está a nuestros pies, parece haber crecimiento. De esta forma, podemos visualizar que el conocer las diferentes formas de vida que hay en nuestro planeta nos puede ayudar a reconocer las formas de vida que podamos identificar en nuestro viaje por el espacio, en caso contrario, podríamos pasar cerca de los habitantes de uno de los mundos a los que lleguemos sin darnos cuenta de que lo teníamos cerca de nosotros. Para ello, contamos con la astrobiología, pero iniciemos conceptualizando la misma.
Considerando el concepto del Laboratorio de Astrobiología (UNAM, 2024) “La Astrobiología es el conjunto de estudios científicos que se concentran en entender el origen, evolución, distribución y futuro de la vida en el Universo, considerando a la Tierra como dentro del mismo.”
Ampliando este concepto es posible mencionar a Chyba (citado en Valencia, 2022) para quien “La Astrobiología es el estudio de la vida en el Universo. Su carácter multidisciplinario requiere de la interacción de la astrofísica, la geología y la biología, todas ellas en la búsqueda de vida extraterrestre a través de la exploración in situ, la espectroscopía de atmósferas planetarias solares y extrasolares. Además, hacen uso del modelaje con base en los organismos encontrados en la Tierra”.
En este orden de ideas, nos podemos preguntar, ¿Cómo podríamos investigar planetas que se encuentren a distancias tan grandes que los recursos empleados para llegar a ellos resultarían prohibitivos? Para esto, podemos emplear diferentes técnicas, dentro de ellas tenemos a la espectroscopía que es la técnica que estudia la interacción entre la radiación electromagnética y la materia, lo cual nos sirve para analizar no solo planetas, sino también estrellas y galaxias empleando la luz que es detectada por los telescopios. Para ello, considerando información de ESO (2024) es posible mencionar que para comprender la luz es necesario dividir los colores que la integran debido a sus longitudes de onda, los estudios de Joseph von Fraunhofer, Robert Wilhelm Bunsen y Gustav Robert Kirchhoff permitieron identificar un patrón de líneas oscuras denominadas "huellas dactilares" impresas en la luz de los diferentes elementos químicos interactuando con ella denominándolas líneas de absorción. De esta forma, se encontró que la interacción de cada elemento químico o molécula genera una firma única en el espectro y, al identificar estas líneas es posible descubrir características de cualquier cuerpo que emita o absorba luz.
De esta forma, podemos analizar estrellas, galaxias y por supuesto planetas. Supongamos que hemos encontrado un planeta que muestra condiciones óptimas para nuestra especie y logramos hacer llegar un vehículo de exploración para investigar directamente en el sitio y, nuevamente, dentro de las herramientas que nos serían de gran utilidad vuelve a aparecer la espectroscopía, en este caso, la conocida como espectroscopía Raman, acorde con ExoMars Raman (2024), “La espectroscopía Raman es una técnica basada en la dispersión inelástica de luz monocromática. Dispersión inelástica en cuanto a que la frecuencia de los fotones en la luz monocromática cambia al interactuar con una muestra. Los fotones de la luz son absorbidos por la muestra y luego reemitidos. La frecuencia de estos fotones reemitidos se desplaza hacia arriba o hacia abajo en comparación con la frecuencia monocromática original, lo que se denomina efecto Raman. Este cambio proporciona información sobre las transiciones vibracionales, rotacionales y otras de baja frecuencia en las moléculas. El espectrómetro láser Raman proporciona información geológica y mineralógica sobre procesos ígneos, metamórficos y sedimentarios; especialmente respecto a las interacciones relacionadas con el agua (meteorización química, precipitación química de salmueras, etc.). Además, también permite la detección de una amplia variedad de grupos funcionales orgánicos. Raman puede contribuir a los aspectos tácticos de la exploración al proporcionar una rápida evaluación del contenido orgánico. Aplicando la espectroscopía Raman a esas muestras, RLS podrá: Identificar compuestos orgánicos y buscar vida, identificar productos minerales e indicadores de actividad biológica, caracterizar las fases minerales producidas por procesos relacionados con el agua, caracterizar minerales ígneos y sus productos de alteración, caracterizar el agua / entorno geoquímico.”
De esta forma y empleando una de las múltiples herramientas posibles para buscar vida fuera de nuestro planeta podemos ver que ahora somos capaces no solo de observar, sino de analizar la información, inferir la posibilidad de que exista vida o condiciones adecuadas para ello fuera de nuestro bella Tierra.
Pero ahora, con herramientas más poderosas y técnicas más depuradas podemos lograr avances que bordan en lo fantástico, tal como NASA (2023), menciona que “Una nueva investigación realizada con el telescopio espacial James Webb de la NASA sobre K2-18 b, un exoplaneta 8,6 veces más masivo que la Tierra, ha revelado la presencia de moléculas que contienen carbono, entre ellas metano y dióxido de carbono. El descubrimiento de Webb se suma a estudios recientes que sugieren que K2-18 b podría ser un exoplaneta Hycean, que tiene el potencial de poseer una atmósfera rica en hidrógeno y una superficie cubierta por un océano de agua.”
Sin embargo, necesitamos profundizar un poco más en el concepto de biofirma Torres (2024, Pág. 1), menciona que “pueden verse como cualquier molécula o proceso, que proviene de la actividad biológica y puede indicar la existencia de vida en algún momento, en el presente o en el pasado, en cada ambiente.” De esta forma, pareciera que encontrar este tipo de evidencia podría brindarnos certeza sobre la posibilidad de encontrar vida, sin embargo, esto no es del todo certero, para ello, Landau (2021), una escala de siete pasos para confirmar que las biofirmas corresponden a la posibilidad de encontrar vida relacionada con ellas. ”Nivel 1”, los científicos informarían de indicios de una señal de vida, como una molécula biológicamente relevante... “Nivel 2”, los científicos se asegurarían de que la detección no estuviera influenciada por la contaminación de los instrumentos en la Tierra. En el “nivel 3”, mostrarían cómo se encuentra esta señal biológica en un entorno análogo, como el lecho de un antiguo lago en la Tierra similar al lugar de aterrizaje del rover Perseverance, el cráter Jezero... “Nivel 6”, el segundo paso más alto en la escala. Pero en este ejemplo, para alcanzar el nivel 7, el estándar por el cual los científicos estarían más seguros de haber detectado vida en Marte, puede ser necesaria una misión adicional a una parte diferente de Marte... Evidencia adicional de un entorno que sustente la vida, como un océano, reforzaría la hipótesis de que este hipotético planeta está habitado. Los científicos que estudian exoplanetas están ansiosos por encontrar oxígeno y metano, una combinación de gases en la atmósfera de la Tierra indicativa de vida. Debido a que estos gases conducirían a reacciones que se anularían entre sí a menos que existan fuentes biológicas de ambos presentes, encontrar ambos sería un hito clave de "nivel 4". Para alcanzar el nivel 5, los astrónomos necesitarían una segunda detección independiente de algún indicio de vida, como imágenes globales del planeta con colores que sugieran bosques o algas. Los científicos necesitarían telescopios adicionales u observaciones a más largo plazo para estar seguros de haber encontrado vida en un exoplaneta.”
En estos momentos esta metodología nos brinda mayor certeza sobre la correcta interpretación de los hallazgos y tal como se hace en la ciencia, paso a paso, pasaremos de constructos a conceptos a definiciones en el campo de la astrobiología.
En definitiva, realizaremos un artículo próximo para ahondar en estas técnicas, pero por el momento, ¿Cómo podemos realizar una aproximación significativa a la astrobiología?
Para ello, sugiero una inmersión al estudio se seres microscópicos fantásticos, me refiero a los tardígrados. Pero, ¿Por qué la sugerencia? básicamente por la gran accesibilidad a ellos y la posibilidad de identificarlos empleando equipo muy básico. Para ello, necesitamos:
- Ubicar musgo o líquenes;
- Una tela para usarla como filtro o un colador muy fino que permita separar residuos del agua;
- Un frasco limpio del tamaño pequeño (como el que se emplea para las presentaciones pequeñas de café);
- Un frasco de boca ancha donde verteremos el agua de la muestra;
- Una caja de petri o una tapa de envases que pueda servir para verter agua de la muestra en ella y que se pueda colocar en el microscopio;
- Un microscopio estereoscópico (ya sea en una escuela, consultorio veterinario etc).
Comencemos por poner unos dos centímetros de agua en un nuestro frasco y lo tapamos con cuidado, buscamos un poco de musgo y tomamos una muestra de unos tres centímetros cuadrados del mismo, los ponemos en el frasco y nos dirigimos a donde está el microscopio. Al llegar agitamos en forma vigorosa por un tiempo aproximado de cinco minutos el frasco, al terminar pasamos el contenido del frasco a la tela o colador para separar los más posible el agua de los otros componentes de la muestra, “exprimimos lo más posible” la muestra para obtener el agua sin residuos que limiten nuestra visión y trasladamos el agua a la caja de Petri o al envase que se va a utilizar para ponerla en el microscopio e iniciamos la búsqueda. No te desanimes si se requiere de un tiempo largo para ubicarlos o la toma de múltiples muestras para lograr el objetivo, en definitiva, el resultado será sensacional. Más adelante te comparto algunas de las imágenes que he logrado capturar en mis investigaciones y te comparto que los tardígrados son seres de gran interés para las agencias espaciales como la Agencia Espacial Europea (ESA), la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), entre otras y, es posible tener acceso a información sobre ellos en forma generosa, por ejemplo, hace poco di una conferencia con un aforo mayor a mil personas en la Universidad Tecnológica de San Juan del Rio. Con ello, podemos comenzar a realizar nuestra aproximación a la astrobiología, y, en este breve artículo, hemos logrado tener aproximaciones a herramientas para buscar trazas de vida o condiciones propias para la misma a grandes distancias, como una forma práctica de conocer un microorganismo que puede estar viviendo en el patio de nuestras casas. Sean pues, estas breves líneas el punto de partida para que te sumerjas en el fascinante mundo de la astrobiología.
Fuente: Elaboración propia.
Imagen de tardígrado obtenida en 2024 en una investigación realizada en Querétaro.
Fuente: Elaboración propia.
Imagen de tardígrado con huevos obtenida en 2024 en una investigación realizada en Querétaro.
Fuente: Elaboración propia.
Imagen de tardígrado obtenida en 2024 en una investigación realizada en Querétaro.
Fuente: Elaboración propia.
Conferencia “Tardígrados. Seres que parecen tocar la eternidad” en la Universidad Tecnológica de San Juan del Rio en noviembre del 2024.