El pasado 16 de junio se cumplieron 50 años del primer vuelo de una cosmonauta rusa; quien durante 70 horas y 50 minutos completó 48 órbitas alrededor de la tierra, en la nave Vostok-6 Valentina, a los 26 años se convirtió en la primera cosmonauta rusa y primera mujer en volar al espacio. Hija de un operador de tractor y de una trabajadora de la industria textil, laboraba durante el día y realizaba estudios en la escuela nocturna. Aficionada al deporte extremo del paracaidismo donde realizó más de 90 saltos, desarrollo el gusto por las alturas lo cual la impulsó a presentarse como candidata al concurso de selección para cosmonauta en 1962. Pasó los requisitos de edad y medidas (estatura y peso) y por todas las pruebas, entre otras la cámara térmica a 70 grados en traje de vuelo, 10 días en solitario, e innumerables horas de entrenamiento y práctica de descensos en paracaídas sobre tierra y mar. Haber sido experimentada paracaidista fue clave para su selección dado que se esperaba que abandonara la nave durante el vuelo de reingreso, saltando en paracaídas para cubrir el último tramo a tierra. Durante la órbita, la nave sufrió un desperfecto que le hizo perder estabilidad por lo que a pesar del entrenamiento experimentó nauseas, mareo y vómito. Al reingreso a tierra, saltó de la capsula a 6 mil metros de altura, aproximadamente el doble de la distancia del salto deportivo común, aterrizando en la provincia de Karaganda en Kazajistán.

Valentina no volvió al espacio; ingresó a la academia de la fuerza aérea Zhukovski graduándose de ingeniera espacial en 1969. Fue instructora de cosmonautas durante casi 30 años. En 1963 se casó con el cosmonauta soviético Adrián Nicoláyev con quien tuvo una hija Yelena en 1964. En 1968 fue nombrada jefe del comité de mujeres soviéticas. En 1974 fue elegida miembro del Soviet Supremo y posterormente de su Presidium hasta 1989. Participó en la Conferencia Mundial de la ONU con motivo del Año Internacional de la Mujer llevada a cabo en México en 1975, en 1977 recibió el Doctorado en Ingeniería y en 1982 recibió el premio Simba por su labor de promoción de la mujer. Fue condecorada con prestigiosos premios de la Unión Soviética y de otros países. Finalmente en 1997 se retiró de la Fuerza Aérea y del cuerpo de Cosmonautas. Actualmente Valentina Tereshkova es política, diputada de la Duma regional en la ciudad de Yaroslavl y todavía sueña con un vuelo espacial. “¡Volaría con mucho gusto a Marte!”, dijo en una entrevista al diario ruso Sobesédnik