Uno de los egresados más destacados de la década de los treinta, es sin duda el ingeniero Walter Cross Buchanan, quien desarrolló una labor importante en el país en el área de las comunicaciones y la electrónica.
Nieto, hijo y padre de ingenieros.
Walter Cross Buchanan nació el 29 de abril de 1906 en la ciudad de San Luis de la Paz, Guanajuato. Su infancia y adolescencia las pasó en su ciudad natal, donde siempre destacó por su dedicación al estudio y afición al deporte, realizó sus estudios en la Escuela Práctica de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (EPIME), escuela que el 21 de mayo de 1932 se convirtiera en ESIME del IPN.
Su notable preparación académica, reforzada con estudios de especialidad en física y matemáticas, y su espíritu de superación lo condujeron a los Estados Unidos a estudiar electrónica, que era por entonces uno de los dominios tecnológicos de avanzada. Esa especialidad habría de configurar en lo sucesivo la imagen de Walter Cross Buchanan como un gran técnico. A su regreso a México se reincorporó a la ESIME como maestro, haciendo partícipes a sus alumnos de sus conocimientos e inquietudes sobre esta especialidad, esto culminó con la planeación y fundación de la carrera de Ingeniería en Comunicaciones Eléctricas y Electrónica.
En el campo de la educación contribuyó en gran medida a la organización de la enseñanza tecnológica; participó en la defensa del territorio nacional durante la Segunda Guerra Mundial. Diseñó y construyó estaciones radiodifusoras, radio transmisoras y antenas. Gracias a una donación de equipo hecha por el presidente Lázaro Cárdenas, participó junto con el ingeniero Manuel Cerrillo Valdivia en la instalación experimental de televisión que hubo en México, y fue en la ESIME, en su antiguo local, el ex convento de San Lorenzo, donde funcionó y estuvo la antena transmisora.
Como maestro se alejaba de la sola exposición y motivaba la participación activa de sus alumnos, articulando efectivamente la enseñanza teórica con la práctica. Acostumbraba decir: "De nada sirve diseñar con elementos que no se tienen. Hay que crear y resolver los problemas con elementos que se pueden alcanzar con la mano".
Otra de sus características era su afán por mantenerse actualizado; aquellos que eran sus alumnos podían estar seguros de adquirir del maestro Buchanan los últimos adelantos en la materia. Siempre leyendo, siempre al día, siempre aprovechando cualquier oportunidad por aprender más y enseñar más; todo esto hacía que el ingeniero Buchanan fuera uno de los mejores maestros politécnicos.
Fue factor definitivo en el desarrollo de la radiodifusión en México al dirigir, en gran medida, la instalación de radiodifusoras del país. Cabe resaltar que en 1944 se tenía el proyecto de instalar en México la radiodifusora más potente del mundo, que habría de cubrir toda América. Para tan ambicioso proyecto se trajeron especialistas y equipo extranjero, pero el tiempo pasaba y la instalación parecía técnicamente imposible. Al respecto, el ingeniero Buchanan llegó a manifestar: "en México somos capaces de hacer frente a este proyecto"; sí fue como el ingeniero Buchanan con veinte colaboradores más de la ESIME, retomó el proyecto de crear una radiodifusora de medio millón de watts de potencia.
El reto no fue fácil, pues se estaba manejando una tecnología nueva, no conocida y, consecuentemente, con múltiples problemas. Su desarrollo era ten reciente que cuando faltaba una pieza en el equipo del ingeniero Buchanan tenía que diseñarla y a veces fabricarla con sus propias manos.
Finalmente la XEX, La Voz de México, salió al aire el 30 de octubre de 1947 con una antena de seis torres direccionales, capaces de cubrir todo el continente americano. Para comprender la magnitud de la obra, cabe decir que en esa época las estaciones de radio abarcaban apenas unas cuantas docenas de kilómetros a la redonda con sus transmisiones.
Un aspecto muy digno de destacarse en la vida profesional de Walter Cross Buchanan es su contribución en un programa estratégico militar, que con motivo de la Segunda Guerra Mundial era indispensable a nuestro país, que participaba como beligerante. En esa ocasión, el presidente Manuel Ávila Camacho nombró al general Lázaro Cárdenas responsable de la Defensa Nacional. Se hacía necesario desarrollar un programa relacionado con la nueva invención del radar y el uso de la ultra alta frecuencia; el general Cárdenas no vaciló en escoger como asesores técnicos a dos distinguidos politécnicos, los ingenieros Manuel Cerrillo Valdivia y Walter Cross Buchanan; coordinado por ellos, se integró un equipo técnico con 28 jóvenes estudiantes del IPN.
En el sexenio (1958-1964) la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas por las dimensiones que había alcanzado, dio origen a dos Secretarías de Estado. El presidente Adolfo López Mateos designó al ingeniero Buchanan como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en un justo reconocimiento a sus servicios.
Durante todos estos años dedicados a las comunicaciones de México, el ingeniero Buchanan realizó grandes obras e hizo posibles trascendentales aportaciones, como:
- La adquisición para el gobierno y reorganización de la empresa "Aeronaves de México".
- Su conocimiento sobre el radar y el uso de la ultra alta frecuencia (UHF) como medios para la defensa durante la Segunda Guerra Mundial. Derivada de esta actividad fue la preparación de los técnicos mexicanos que tendrían a su cargo la instalación, establecimiento y operación de las bases militares de guerra.
- El diseño del "Plan Buchanan" para la distribución equitativa de las altas frecuencias para radiodifusión, que continúa vigente mundialmente.
- El impulso para la creación de la Comisión Nacional del Espacio Exterior.
- El diseño y construcción los cohetes a escala SCT-1 y SCT-2 fabricados con tecnología mexicana.
- La reestructuración de la empresa Teléfonos de México.
- Su contribución en la organización de la Comisión de Telecomunicaciones y Meteorología.
- Crea la carrera de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica.
- Brinda un ejemplo de trabajo y honradez profesional, de México, por México y para México.