Observan la primera luz emanada de una fuente de ondas gravitacionales.

Mario M. Arreola Santander

Fecha: 2017-10-16


Varios telescopios de la principal organización astronómica intergubernamental de Europa el Observatorio Europeo del Sur (ESO por sus siglas en inglés) organización que agrupa a 16 países, detectaron el efecto visible de una fuente de ondas gravitacionales.

 

Segundos después de la detección por los observatorios LIGO en Estados Unidos y VIRGO en Italia de ondas gravitacionales el 17 de agosto de 2017, evento nombrado GW170817, dos observatorios espaciales uno de la NASA (Fermi) y uno de la ESA (INTEGRAL) detectaron una ráfaga de rayos gamma de corta duración en la misma región celeste en el hemisferio sur. Conforme la Tierra giraba, varios telescopios en Chile y Hawaii confirmaron la detección. Acto seguido la ESO lanzó una campaña del tipo ToO (Target of Opportunity), al que en español se refieren como “evento impredecible”, que involucró observatorios astronómicos en todo el mundo.

 

 

 

La galaxia que aloja el fenómeno en su núcleo es la NGC 4993

Credito: ESO/A.J. Levan, N.R. Tanvir, 

La rápida reacción por la campaña de ESO, permitió la realización de múltiples observaciones con toda la batería de instrumentos científicos disponibles en la Tierra y el espacio, cuyos resultados fueron publicados en varios artículos de revistas como Nature, Nature Astronomy y Astrophysical Journal Letters, en estos se identifica como el origen de la ráfaga de rayos gamma de corta duración a la colisión entre dos estrellas de neutrones de un sistema binario, en donde una y otra se orbitan mutuamente. Estas al irse acercando pierden energía emitiendo ondas gravitacionales. Sin embargo, al colisionar se produce un violento estallido de ondas gravitacionales en donde parte de la masa de este encuentro se convierte en energía de acuerdo a la conocida formula de Einstein: E= mc2.

 

 

Credito: ESO/L. Calçada. 

Musica: Johan B. Monell (www.johanmonell.com)

Se sabe que la fusión de estrellas de neutrones crea ondas gravitacionales más débiles que aquellas producidas por la fusión de agujeros negros, las que por su intensidad sí pueden detectar los instrumentos de los observatorios mencionados, esto ya sucedió en cuatro ocasiones. En éste interesante caso, la distancia relativamente cercana entre el suceso y la Tierra de 130 millones de años luz, permitió la observación del fenómeno. Se considera que la fusión detectada podría dar paso a la confirmación de varias hipótesis tanto la del origen de las ráfagas de rayos gamma de corta duración como la de la kilonova, postulada hace más de 30 años; una explosión mil veces más brillante que la de una nova. Las observaciones por los instrumentos de la ESO revelan propiedades extraordinarias del suceso. Como por ejemplo la expulsión de cesio y telurio captadas por espectroscopios, así como el cambio de color de muy azul a muy roja en pocos días, lo que revela la rápida expansión de elementos químicos radioactivos expulsados por la explosión. Otra más es la prueba del proceso r de la nucleosíntesis cósmica por la generación de metales pesados como el oro y el platino.

 

Definitivamente es una oportunidad esperada por décadas para regocijo de los Astrónomos y del conocimiento del Cosmos.

 

 

 

Ubicación de la fuente. Crédito: LIGO-Virgo



Etiquetas: Astronomía,telescopio,ESO,ondas gravitacionales,ESA,NASA.

Revista Hacia El Espacio de divulgación de la ciencia y tecnología espacial de la Agencia Espacial Mexicana.