En términos astronómicos, un satélite es un cuerpo celeste que recorre una trayectoria u órbita en torno a un planeta, en cuyo caso se trataría de un satélite natural. Por ejemplo la Luna es el satélite natural de la Tierra o bien el cinturón de asteroides que orbita alrededor de Saturno. Ahora bien, en términos aeroespaciales, un satélite es un vehículo construido por el ser humano el cual orbitará alrededor de un cuerpo celeste (como lo es nuestro propio planeta) a fin de alcanzar los objetivos para los cuales fue puesto en una determinada orbita. A estos satélites construidos por el ser humano se le denominan satélites artificiales.
Sin embargo pueden utilizarse otro tipo de órbitas dependiendo de otras características que deban cumplir los satélites artificiales, tales como aprovechar al máximo la luz solar, tener un punto de acercamiento en la tierra, etc. A continuación se muestra gráficamente un conjunto de órbitas que se utilizan en los satélites artificiales.
Orbita circular mostrada en línea amarilla.
Orbita inclinada críticamente mostrada en línea roja.
Orbita inclinada críticamente y sincronizada con el sol se muestra en línea verde.
Órbita Geoestacionaria mostrada en color azul.
Órbita Molniya con un punto de acercamiento en el sur del planeta mostrado en color blanco.
Órbita de trazado repetitivo en la tierra, altitud de 400 kilómetros e inclinación de 98°, se muestra en color blanco.
Órbita sincronizada con el sol en forma repetitiva, altitud de 400 kilómetros se muestra en color azul claro.
Finalmente la órbita baja o cercana a la Tierra teniendo como objetivo el que un punto en la Tierra tenga comunicación permanente con la red satelital.
Dr. Juan Antonio Cabrera Rico
Profesor investigador de la Universidad Politécnica de San Luis Potosí y Perito en Telecomunicaciones por el IFT.