Reseña
“The Cloverfield Paradox” es una película de ciencia ficción dirigida por Julius Onah y producida por J.J. Abrams. La cinta cuenta con el elenco protagonizado por Gugu Mbatha-Raw, David Oyelowo, Daniel Brühl y Elizabeth Debicki, entre otros.
Es el año 2028 y el escenario en el que se encuentra la Tierra es bastatante lúgubre y desalentador; el mundo se encuentra al borde del colapso por la crisis energética que sufre, y esto provoca que la tensión entre los países crezca y exista la posibilidad de una guerra mundial. Como una solución para esta crisis, la Agencia Espacial Internacional, recluta a un grupo de científicos multinacionales para probar un gigantesco acelerador de partículas, que de funcionar, podría dar una segunda oportunidad a la humanidad y solucionar la crisis energética que atraviesa la Tierra.
Sin embargo, tanto en realidad como en la ficción todo este tipo de experimentos pueden tener consecuencias inimaginables. Es así como Mark Stambler (personaje de la película), postula que los experimentos que se relizan en la estación de “Cloverfield” y con el acelerador de partículas podrían desgarrar el tejido del espacio-tiempo, causando múltiples “dimensiones” o universos alternos y que estos mismos colisionen o se mezclen.
Tras dos años de intentos fallidos, la máquina funciona, pero sucede lo anterior y la estación viaja a otra realidad, abriendo un portal en el espacio-tiempo que permite que bestias de otras dimensiones lleguen a la Tierra, desatando problemas no solo en el presente, si no también en el futuro y en el pasado, a lo largo de varias Tierras de otras dimensiones. Lo que podría explicar los diferentes argumentos de las otras películas de la saga.
“Cloverfield” franquicia
“The Cloverfield Paradox”, como película, ha tenido malas críticas y reseñas, muchas más por parte de los fanáticos de la franquicia. Desde la aparición de “Cloverfield” en el 2008, consiguió capturar la atención de muchas personas gracias al “misterio” detrás de su historia, sus inmensos monstruos y mostrarnos un futuro improbable dentro de un territorio conocido.
Muchas de las críticas se basan en que “no” hay monstruos y que nada todo lo que sucede es completamente sin sentido. Pero en un inicio la película de “The Cloverfield Paradox” no era parte de la saga, ya que en 2016, se eliminó el título de “God Particle”, el cual encabezaba el guion original sobre el que se haría esta película, y en su lugar se reescribió la historia para incluirla dentro del universo de las películas de Cloverfield. Se puede entener por qué la película tiene algunos cabos sueltos o aspectos que no encajan al cien con la franquicia.
La realidad es que “The Cloverfield Paradox” no es tan mala como la han pintado, si se analiza desde una persepctiva más allá de solo “monstruos” y teniendo en cuenta que inicialmente no era parte de la franquicia y que sólo se le dio un tratamiento para que se conectara.
The Cloverfield Paradox se revela como un espectáculo decoroso con los espectadores y aceptable como enredo de ciencia ficción, por debajo de 10 Cloverfield Lane y por encima de Cloverfield: la de Reeves no es más que una dinámica de muerte y destrucción en metraje encontrado que no va a ningún sitio, y se limita a regodearse en ello hasta el final; y la de Trachtenberg la supera ampliamente y sin vacilaciones en desasosiego, giros potentes y construcción de personajes - Norgueda, C. de "Hipertextual.
El bosón de Higgs
La mayoría de las películas de ciencia ficción se basan (o deberían para que sean creibles), aunque sea un poco, en la realidad. “The Cloverfield Paradox” se basó mucho en teorías que florecieron alrededor del CERN (Organización Europea de Investigación Nuclear) y su esfuerzo en encontrar evidencia directa de “Higgs-Boson particle”, usando un acelerador de 27 km. de circunferencia.
Imagen tomada de la Universidad Nacional de Asunción, Facultad de Ingeniería - http://www.ing.una.py/?p=8790
El bosón de Higgs es un tipo de partícula elemental que se cree tiene un papel fundamental en el mecanismo por el que se origina la masa de las partículas elementales. Si el electrón no tuviera masa no habría átomos, con lo cual no existiría la materia como la conocemos, por lo que tampoco nosotros mismos.
Para explicar por qué unas partículas tienen masa y otras no, varios físicos, entre ellos el británico Peter Higgs postuló en los años 60 un mecanismo que se conoce como el "campo de Higgs". Al igual que el fotón es el componente fundamental de la luz, el campo de Higgs requiere la existencia de una partícula que lo componga, que los físicos llaman "bosón de Higgs". Ésta es la última pieza que falta para completar el Modelo Estándar de Física de Partículas, que describe todo lo que sabemos de las partículas elementales que forman todo lo que vemos y cómo interaccionan entre ellas.
Se llama "bosón" porque este es el nombre de las partículas que portan fuerzas o interacciones, como lo son el fotón (fuerza electromagnética), el gluón (fuerza nuclear fuerte) y los bosones W y Z (fuerza nuclear débil). El otro tipo de partículas subatómicas se llama fermión, que son las que componen la materia que vemos (electrones, protones y neutrones).
La confirmación o refutación de la existencia del bosón de Higgs es uno de los objetivos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), el mayor y más potente acelerador de partículas del mundo que opera la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en la frontera franco‐suiza, cerca de Ginebra (Suiza).
El bosón de Higgs no se puede detectar directamente, ya que una vez que se produce se desintegra casi instantáneamente dando lugar a otras partículas elementales más habituales. Lo que se pueden ver son sus "huellas", esas otras partículas que sí podrán ser detectadas en el LHC.
La razón por la que el bosón propuesto por Higgs es conocida como la partícula de Dios se debe a una estrategia de ventas de libros publicado en 1993 y dice que la partícula originalmente iba a ser titulado "The Goddam Particle" (La maldita partícula) porque era "malditamente" difícil de encontrar. Sin embargo, la editorial sugirió modificar el título a "The God Particle" porque sonaba menos agresivo.