Hoy les voy a contar una experiencia inolvidable. Tuve el honor de ser juez en la fase final del Concurso Iberoamericano de Satélites Enlatados 2023, una competencia organizada por el Programa Espacial Universitario (PEU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Quiero compartir con ustedes mis experiencias y mis impresiones sobre este evento tan emocionante y divertido.
La final se llevó a cabo el domingo 27 de mayo en el Estadio Harp Helú de la UNAM, en la Ciudad de México, un lugar muy adecuado para este tipo de actividades. El estadio estaba lleno de color y de alegría, se podía sentir la pasión y el entusiasmo de los estudiantes que participaron en el concurso. Participaron 33 equipos de todo México y varios países de latinoamérica, como Perú, República Dominicana, Bolivia, Colombia y Panamá . Los equipos eran muy diversos, conformados por estudiantes de licenciatura y algunos de posgrado, la mayoría de ingeniería. Pero también había físicos, matemáticos y geofísicos: Fue muy agradable ver que muchos equipos estaban constituidos por hombres y mujeres, y hasta hubo un equipo constituido únicamente por mujeres: las “Liebres Lunáticas” de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM. Todos con un gran talento, energía y creatividad.
Fig. 1. Acompañados de sus mentores, estos integrantes del equipo OrbitaRD vinieron desde República Dominicana a participar en el concurso.
El concurso consistió en diseñar y construir un CanSat, que es un satélite del tamaño de una lata de refresco, que fuera capaz de llegar a tierra suavemente al ser soltado desde un dron desde 400 m de altura. El CanSat debería desplegar un autogiro para amortiguar la caída y enviar telemetría a una estación terrena. El pasajero del CanSat era un huevo de gallina y la prueba consistía en lograr que el huevo no se rompiera por el impacto de la caída.