Concurso Iberoamericano de Satélites Enlatados 2023: un encuentro con la excelencia y la creatividad

La emoción de ser juez

Carlos Duarte

Fecha: 2023-05-29


 

Hoy les voy a contar una experiencia inolvidable. Tuve el honor de ser juez en la fase final del Concurso Iberoamericano de Satélites Enlatados 2023, una competencia organizada por el Programa Espacial Universitario (PEU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Quiero compartir con ustedes mis experiencias y mis impresiones sobre este evento tan emocionante y divertido.

 

La final se llevó a cabo el domingo 27 de mayo en el Estadio Harp Helú de la UNAM, en la Ciudad de México, un lugar muy adecuado para este tipo de actividades. El estadio estaba lleno de color y de alegría, se podía sentir la pasión y el entusiasmo de los estudiantes que participaron en el concurso. Participaron 33 equipos de todo México y varios países de latinoamérica, como Perú, República Dominicana, Bolivia, Colombia y Panamá . Los equipos eran muy diversos, conformados por estudiantes de licenciatura y algunos de posgrado, la mayoría de ingeniería. Pero también había físicos, matemáticos y geofísicos: Fue muy agradable ver que muchos equipos estaban constituidos por hombres y mujeres, y hasta hubo un equipo constituido únicamente por mujeres: las “Liebres Lunáticas” de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM. Todos con un gran talento, energía y creatividad.

 

Fig. 1. Acompañados de sus mentores, estos integrantes del equipo OrbitaRD vinieron desde República Dominicana a participar en el concurso.


 

El concurso consistió en diseñar y construir un CanSat, que es un satélite del tamaño de una lata de refresco, que fuera capaz de llegar a tierra suavemente al ser soltado desde un dron desde 400 m de altura. El CanSat debería desplegar un autogiro para amortiguar la caída y enviar telemetría a una estación terrena. El pasajero del CanSat era un huevo de gallina y la prueba consistía en lograr que el huevo no se rompiera por el impacto de la caída.

 

Fig. 2 Integrantes del equipo Liebres Lunáticas pertenecientes a la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM. 

 

Los equipos presentaron sus CanSats para una revisión técncia antes de entregarlos al operador del dron. Luego, el dron subía un par de CanSats hasta los 400 m para soltarlos en una caída libre. Se podía escuchar el rugir del dron al subir, y ver los CanSats al bajar. Era impresionante ver cómo los CanSats se desprendían del dron y algunos comenzaban a girar en el aire, desplegando sus autogiros.. Algunos CanSats caían más rápido que otros, algunos se desviaban por el viento. Era una mezcla de nerviosismo y emoción.

 

Los equipos seguían atentamente la trayectoria de sus CanSats desde sus computadoras, recibiendo los datos de telemetría. Algunos equipos tenían pantallas grandes donde se podía ver la altitud, la velocidad, la temperatura, la presión y otros parámetros del CanSat. Otros equipos tenían gráficas y mapas donde se podía ver la posición y el recorrido del CanSat.

 

Cuando los CanSats llegaban al suelo, los líderes de los equipos corrían a recogerlos y traían el CanSat -o sus restos- a la mesa en donde estábamos los jueces para verificar el estado del pasajero. La prueba era muy difícil. La gran mayoría de los equipos se lamentaban cuando veían a su CanSat destrozado o que su huevo estaba roto por el impacto.Los líderes se acercaban a la mesa de los jueces para enseñarnos el CanSat y su carga útil, y trataban de encontrar una explicación de las causas por las que la misión pudo haber fallado, pero también nos hablaban sobre las virtudes de sus diseños. Había quienes habían utilizado materiales muy ligeros como cartón, o latas de refresco para la estructura, otros que habían diseñado ingeniosos mecanismos para desplegar el autogiro, y otros que desarrollaron una electrónica muy sofisticada. Aunque la mayoría de las misiones no tuvo éxito, todos los equipos mostraron una gran actitud y un espíritu deportivo .

 

El concurso estuvo muy divertido y todos los equipos hicieron un gran trabajo. El ganador de la contienda fue el equipo MayanSat de la Universidad Anáhuac del Mayab de Mérida Yucatán, que logró un descenso perfecto, una excelente telemetría, pero sobre todo, fue el único equipo que logró salvar a su pasajero.

 

Fue una experiencia increíble ser parte de este concurso y ver el talento y la pasión de los jóvenes por la ciencia y la tecnología espacial. Me quedo con muchas anécdotas y recuerdos que siempre guardaré en mi memoria. Quiero felicitar a todos los equipos participantes por su esfuerzo y dedicación, así como al PEU por organizar este evento tan importante para fomentar el desarrollo espacial en México y en Iberoamérica. Espero que este concurso siga creciendo cada año y que más jóvenes se animen a participar en esta aventura espacial.

 



Etiquetas: Concurso Iberoamericano de Satélites Enlatados 2023,UNAM,PEU,Programa Espacial Universitario

Revista Hacia El Espacio de divulgación de la ciencia y tecnología espacial de la Agencia Espacial Mexicana.