El espacio es el escenario de los grandes retos y oportunidades para la humanidad. En las últimas décadas, hemos sido testigos de avances impresionantes en la exploración y el uso del espacio, como la operación de sondas de exploración en otros cuerpos del sistema solar como la Luna y Marte, el empleo de lanzadores reutilizables, y el desarrollo de constelaciones de órbita baja para proporcionar servicios de comunicaciones de alta velocidad a todo el planeta. 

Estas tendencias y proyecciones del sector espacial representan una oportunidad única que debemos aprovechar. El espacio es un campo multidisciplinario que requiere de conocimientos y habilidades en ciencias básicas, ingeniería, tecnología, negocios, derecho, educación y comunicación, entre muchas otras, y en nuestro país contamos con abundante capital humano para crear soluciones innovadoras para desarrollar nuestros propios emprendimientos. 

Además, no estamos solos. Contamos con la Agencia Espacial Mexicana. Creada en 2010 como un organismo descentralizado del gobierno federal encargado de coordinar las actividades espaciales del país, la AEM tiene como misión promover el uso pacífico del espacio con fines científicos, tecnológicos, educativos y sociales; fomentar la participación de México en proyectos espaciales internacionales; y apoyar el desarrollo de capacidades humanas y materiales en el sector espacial. A través de los esfuerzos de la AEM, México empieza a ser un actor importante en el espacio, y como muestra de sus logros, tenemos los siguientes proyectos:

Nanosatélites Painani-1 y Painani-2 

Los proyectos Painani-1 y Painani-2 son dos nanosatélites diseñados y construidos por científicos mexicanos de diversas instituciones, entre las que destacan el Instituto Politécnico Nacional, IPN, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, CICESE, y la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Agencia Espacial Mexicana (AEM). Estos nanosatélites tuvieron como objetivo captar imágenes del territorio mexicano así como demostrar las capacidades tecnológicas del país en el ámbito espacial.

El Painani-1 fue el primer nanosatélite mexicano puesto en órbita, el 26 de junio de 2019 a través de un vehículo lanzador de la empresa Rocket Lab. El Painani-1 realizó exitosamente su misión y transmitió imágenes del territorio nacional. Todos sus subsistemas fueron desarrollados por científicos y tecnólogos mexicanos, por lo que demostró la capacidad que hay en México para desarrollar misiones basadas en nanosatélites.

El Painani-2 fue lanzado al espacio el 30 de junio de 2021, desde la base Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, a bordo de un cohete Falcon 9 SpaceX. Fue diseñado y construido por científicos del Centro de Desarrollo Aeroespacial (CDA) del IPN y del Centro del Programa Espacial Universitario (PEU) y del Instituto de Ingeniería de la UNAM. Al igual que el Painani-1 el Painani-2 tuvo unas dimensiones de 10x10x30 centímetros y una masa de 3 kg aproximadamente. El Painani-2 fue desarrollado enteramente con tecnología mexicana y desarrolló su misión con éxito.

Los proyectos Painani-1 y Painani-2 son un ejemplo de los logros de desarrollo espacial mexicano, que ponen en alto el nombre del país y contribuyen al avance científico y tecnológico nacional e internacional.

Proyecto AztechSat-1

El proyecto AztechSat-1: fue el primer nanosatélite mexicano lanzado desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Diseñado y construido por estudiantes y profesores de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), con el apoyo de la AEM y la NASA, el AztechSat-1 se lanzó al espacio el 5 de diciembre de 2019 y se desplegó en su órbita de trabajo desde la EEI el 19 de febrero de 2020. Su misión fue demostrar la viabilidad de comunicar nanosatélites con la constelación de satélites Globalstar, lo que podría reducir los costos y mejorar la eficiencia de las misiones espaciales. El AztechSat-1 desarrolló su misión con éxito y constituyó un hito en el desarrollo espacial de México, al demostrar que equipos de estudiantes universitarios tienen la capacidad para diseñar, construir, probar y operar, misiones espaciales completas..

Misión Colmena

La Misión Colmena: es un proyecto que desarrollaron estudiantes y técnicos adscritos al Laboratorio de Instrumentación Espacial, LANIX, del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), liderados por el Dr. Gustavo Medina Tanco. El propósito del proyecto era desplegar un conjunto de cinco pequeños robots autónomos sobre la superficie lunar para que, una vez ahí, se movieran y trataran de juntarse y formar un panel solar, además de realizar una serie de mediciones para caracterizar el plasma que cubre a la superficie de la Luna. La Misión Colmena fue financiada por el CONACYT y la Agencia Espacial Mexicana y fue lanzada a la Luna el 19 de enero de 2024 a través del alunizador Peregrine desarrollado por la empresa estadounidense Astrobotic, que llevaba otras cargas útiles para explorar el suelo lunar. En el camino a la Luna, el Peregrine sufrió problemas técnicos, por lo que no pudo alunizar como estaba previsto. A pesar de este contratiempo, Colmena logró probar el funcionamiento de los pequeños robots mexicanos en condiciones del espacio profundo, lo que constituye un gran logro del desarrollo espacial mexicano

Constelación AztechSat

El proyecto Constelación AztechSat es una iniciativa conjunta entre la AEM y la NASA, en la que participan cinco universidades mexicanas: la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Aeronáutica en Querétaro, la Universidad Panamericana, la Universidad Politécnica de Querétaro y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. El proyecto consiste en diseñar, construir, probar y operar al menos cuatro nanosatélites tipo CubeSat para aplicaciones de telemetría animal, es decir, para rastrear y monitorear especies marinas sobre la superficie del océano, tales como ballenas, delfines y tortugas, entre otras. La intención es conocer los hábitos de migración de estas especies para protegerlas de riesgos derivados de la actividad humana. El proyecto es todo un reto tecnológico, ya que la constelación debe tener la capacidad de localizar a los animales sobre la superficie del océano a partir de las señales de radio que transmitirán etiquetas de radiofrecuencia colocadas en los cuerpos de cada animal. Para esto, la constelación deberá controlar su posición dentro su órbita de trabajo a través de realizar maniobras con sistemas de propulsión, y a partir de las señales recibidas calcular la posición de cada animal, para luego transmitirla a tierra. Actualmente la Constelación AztechSat se encuentra en fase de especificación y diseño, y se estima que podría entrar en operaciones a finales de 2025. Este proyecto, sin duda colocará a México como un líder de desarrollo espacial y abrirá el camino para el desarrollo de proyectos cada vez más ambiciosos.

Estos ejemplos muestran que en México hay talento, creatividad y pasión por el espacio. Por eso, te queremos invitar a desarrollar tus propios proyectos espaciales, a establecer asociaciones estudiantiles para el desarrollo espacial, y a crear empresas emergentes en este campo, dadas las oportunidades que ofrece el futuro para el desarrollo espacial. El espacio es un ámbito que demanda soluciones innovadoras, colaborativas y sustentables, que pueden generar beneficios sociales, económicos y ambientales para México y el mundo, y tú puedes ser un actor importante en este desarrollo.