Pese a ser su opera prima, Duncan Jones trae en la sangre el gusto por los temas espaciales, hijo de David Bowie, realizó estudios de filosofía en la Universidad de Wooster en Ohio, EUA, así como en la reconocida London Film School. Después de Moon, Jones ha dirigido Código Fuente (2011) así como la cinta basada en el videojuego Warcraft (2016); tiene en prostproducción la película Mute, también ubicada en el género de ciencia ficción con cierta inspiración a Blade Runner.
En un futuro donde ya no importa la fecha que nos pongan en pantalla, se nos expone el caso de Sam Bell (Sam Rockwel) un minero espacial que labora en la extracción de un material necesario para la producción de energía en la Tierra: el isótopo Helio-3. Lo peculiar es que la “mina” se encuentra nada menos que en el lado obscuro de la Luna.
La compañía responsable de la extracción, Lunar Industries Ltd., tiene a Sam en la base minera Sarang con un contrato por tres años y que ya está por terminar. Sam es el único ser vivo en la superficie lunar, solo tiene contacto con el robot GERTY (voz de Kevin Spacey) y con quien interactúa como si fuera humano gracias a la avanzada inteligencia artificial existente.
Como a los viejos navegantes del siglo XVI que tenían que pasar en altamar alrededor de 3 meses para atravesar el Océano Atlántico, Sam sufre los estragos de la abrumadora soledad lunar, tan solo puede hacer ejercicio para mantenerse en forma y evitar los daños de la microgravedad, así como entretenerse en hobbies como hacer maquetas, postrarse en un viejo sillón a ver repeticiones o, eventualmente, establecer contacto con su esposa mediante videograbaciones ya que las comunicaciones en directo no son posibles (paradoja de la tecnología del futuro).
Dentro de sus actividades laborales está la supervisión de la extracción del Helio-3 en tres puntos diferentes de la base minera lunar. En una salida de rutina para recabar las capsulas que envía a la Tierra con el isótopo, algo ocurre que llama la atención de Sam, súbitamente parece no estar solo en Sarang, pero no le es posible discernir fehacientemente; tiene ya un gran desgaste físico y mental, pero la duda lo hace investigar qué está ocurriendo.
Moon, puede ser considerada ya dentro de esas películas de culto, en donde los efectos especiales son limitados aunque suficientes para hacer un planteamiento verosímil, y donde la historia y los personajes son quienes llevan el peso. De hecho se podría decir que sólo hay dos personajes, Sam y GERTY.
La aventura de Sam, nos lleva a plantear, no sólo sobre las habilidades físicas o académicas de los astronautas, sino también en el aspecto de salud mental a la que pueden ser sometidos. Las largas jornadas de trabajo, la distancia física con el planeta o la desaparición de cuestiones como el día y la noche que pueden afectar el rendimiento pero sobretodo el bienestar de la mente.
¿En qué momento la salud mental de un astronauta llevado al límite compromete una misión? Parte de la angustia y estrés está siendo estudiado principalmente con los que han pasado en la Estación Espacial Internacional, pero es un gran reto para misión en puerta: Marte.
Finalmente Moon también es una llamada de atención para reflexionar sobre lo que podría ser llamada “ética espacial” que habrá de tener por parte de las empresas u organismo que ya están emergiendo en una industria aeroespacial.
Sam Rockwel, Kevin Spacey (voz), Dominique McElligott, Protagonistas. Duncan Jones, Director. Reino Unido, 2009, 92 minutos, color.