H.P. Lovecraft. Foto: Wikipedia
El escritor Howard Phillips Lovecraft escribió “La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”, y sobre esa frase construyó su universo literario.
Originario de Providence, Rhode Island, Estados Unidos, Lovecraft tuvo una infancia solitaria que superó gracias a su curiosidad intelectual. El joven escritor adquirió conocimientos de astronomía y física, incluso llegó a publicar como aficionado para algunas revistas científicas.
Lovecraft quería ser un astrónomo profesional, sin embargo tenía dificultad con las matemáticas. Éstas le provocaron un colapso mental a sus 18 años, impidiéndole entrar a la Universidad de Brown. Decepcionado por su fracaso académico, descubrió los cuentos góticos de Edgar Allan Poe, que lo inspiraron a escribir. Primero, textos divulgativos sobre astronomía y posteriormente una literatura fantástica.
Su estilo tuvo una evolución que empezó del miedo sobrenatural pasando por lo onírico, hasta un género que posteriormente se conoció como horror cósmico, que se caracteriza por incluir elementos de ciencia ficción como viajes en el tiempo, la existencia de otras dimensiones y de vida alienígena. El eje central del horror cósmico es la existencia de algo más antiguo que el humano, incluso más antiguo que del mismo universo. Esto reduce al ser humano a una presencia insignificante ante el vasto e infinito cosmos.
Ilustración para la primera edición del cuento El color que cayó del espacio. Foto: Wikipedia
Con gran parte de su obra desarrollada, El color que cayó del espacio, tiene la particularidad de ser el texto favorito del autor. Escrita en 1927, ambientada en la Nueva Inglaterra del mismo año y en el periodo de 1882-1883, relata cómo un ingeniero, mientras hace un estudio para la construcción de un embalse, descubre una zona conocida como “erial maldito”. Es advertido por los habitantes de la ciudad ficticia de Arkham, sin embargo nadie especifica cuál es el peligro del lugar, sólo le dicen que quiénes intentaron asentarse se marcharon al poco tiempo.
Intrigado por el misterio, el protagonista entrevista a Ammi Pierce, la persona que vive más cerca del “erial maldito”, quién le cuenta que el terreno adquirió un horroroso aspecto décadas atrás después de la caída de un meteorito. Este meteorito no pudo ser clasificado, pues tenía propiedades desconocidas y obedecía a leyes ignotas. Los lugareños al no saber cómo describir lo que cayó del cielo, decidieron sólo referirse a ello cómo un “color”.
La peculiaridad de este cuento, es que Lovecraft no se refiere al meteorito cómo si tuviera una forma, sino que utiliza las sensaciones como elementos descriptivos para retratar el miedo de los protagonistas ante el “color”. Es algo que no forma parte de las historias de brujas ni que pudiera estudiarse por científicos.
Curiosamente este cuento hace referencia a uno de los descubrimientos de la época: la radiactividad. En 1896 el científico francés Antoine Henri Becquerel mientras realizaba investigaciones sobre la fluorescencia de sulfato doble de uranio y potasio, descubrió que el uranio emitía una radiación misteriosa; y dos años después, en 1898 el matrimonio de Pierre y Marie Curie descubrieron el radio y el polonio, elementos altamente radiactivos.