The comical history of the States and Empires of the World ; The Moon - Cyrano de Bergerac (Reseña)

Vicente Bohorquez

Fecha: 2016-04-01


Se dice que la sociedad actual es la de la información. Hoy como nunca tenemos al alcance de la mano –literalmente gracias a la computadora - cantidades torrenciales de datos: libros, música, fotos, vídeos; no hay vida que alcance para revisarla. Tal familiaridad y comodidad para hacernos de información muchas veces nos hace olvidar que, hasta hace relativamente poco tiempo esto no siempre fue así, esto es, no todos podían consultar cierta información, sólo unos cuantos eran los afortunados.
 
Lo anterior viene a cuento para evitar prejuzgar una obra con los parámetros actuales, si leemos una obra no de años atrás sino de siglos, sin ubicar el contexto en el que fue escrita corremos el riesgo de tener una mala opinión, o que nos aburra, o que simplemente no entendamos, ya porque el lenguaje ha evolucionado y lo que antes era fino y elocuente hoy nos pueda parecer rebuscado y empalagoso.                    

El contexto
 
Imaginemos un poco cómo era el siglo XVII en Europa:  su conformación política era por reinados, ya habían pasado más de 150 años del llamado descubrimiento de América y también era el tiempo de conquistas coloniales en África.  Los reinos europeos se peleaban por hacerse de nuevas tierras.
 
En materia de conocimiento, estamos en pleno en la época del Renacimiento, donde las artes y ciencias tuvieron un resurgimiento notable, en parte por la recuperación de escritos árabes que daban cuenta de los ahora llamados clásicos helénicos y por sus aportaciones a las matemáticas. También es el momento de la Guerra de los 30 años que puso de manifiesto la pugna entre el poder político de Roma vs las corrientes luteranas producto de la contrarreforma protestante en toda Europa y que llevaría a una recomposición hacia esa conformación llamada Estado-nación.
 
En artes la figura del mecenazgo permitió que reyes y obispos “adoptaran” artistas y bajo su protección se crearon las grandes obras de la humanidad. Personajes como Rembrant, Caravaggio, Diego Velázquez son reconocidos en la plástica; Vivaldi y Bach en la música; Newton, Galileo, Pascal, Locke, Descartes, Hobbes, Torricelli, son referencia en ciencias y humanidades; en literatura, destacan Moliere, Daniel Defoe, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Cervantes, Shakespeare y por supuesto el personaje de esta reseña: Cyrano de Bergerac.
 
El autor
 
Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac es el nombre completo de nuestro personaje. Nacido en París, Francia en marzo de 1619 fue hijo de un funcionario del Parlamento por lo cual era de familia más o menos de renombre, sin embargo al no ser el primogénito tuvo que buscar sus medios para subsistir y, antes que las letras, hizo carrera militar (para los segundones o hijos posteriores del primogénito básicamente sólo había dos opciones: las armas o el claustro) y con ello tuvo un bagaje suficiente para el desarrollo de obras de capa y espada.
 
A nuestro personaje se le tiene en el imaginario colectivo como un poeta que sirve de celestino a quien no tiene el don de las palabras, la sombra del guapo mancebo que no sabe qué decir pero que su galanura le es suficiente, en contraparte a nuestro autor cuyo rasgo característico: su enorme y afilada nariz, lo ubicaba de entrada en la zona de feos.
 
Su naturaleza de espíritu libre ya encarrilada en su paso por el Collège de Beauvais provocaron que su energía se canalizara, además de en peleas callejeras, en la escritura, donde algunas de sus obras más reconocidas son La Muerte de Agripina (1653), Las Mazarinadas (1649), El pedante burlado (1654) y de forma póstuma El otro mundo obra en dos entregas: Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna e Historia cómica de los Estados e imperios del Sol. (circa 1962)
 
La obra
 
Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna, es una comedia en el sentido clásico del término, esto es no hay una muerte involucrada que sea consecuencia o hilo conductor (característica de las tragedias escritas en la época) así como contiene una serie de situaciones que buscan mediante juegos de palabras o velado humor negro poner el dedo en la llaga.
 
…Los imperios de la Luna, es una obra de ciencia ficción, pero no en los términos más contemporáneos para nosotros, esto es, no como obras de los años sesenta a nuestros días donde al tener un bagaje más amplio de conocimientos técnicos y tecnológicos los planteamientos tratan de ser ante todo verosímiles en cuanto tecnología disponible (o por lo menos altamente posibles). Cyrano de Bergerac recordemos vivió en una época donde el conocimiento no estaba al alcance de la mano y por lo cual para resolver las problemáticas técnicas se tomó libertades que hoy día se antojan al menos absurdas, sin embargo no juzguemos al autor por su época y vayamos al contenido.
 
A través de siete capítulos Cyrano se asume el protagonista, no sabemos si fue la intención original o fue derivado de su muerte antes de una edición final, como sea la versión que llega a nuestros días nos lo presenta así.
 
Nuestro personaje abre con una disertación entre amigos sobre la posibilidad de vida en la Luna lo que provoca de inicio risas burlonas pero con ello inicia la duda: ¿Quién podría aseverar que en la Luna no haya una situación similar y alguien se esté riendo de aquel que propuso vida en la Tierra?
 
Obsesionado con la idea, Cyrano pone manos a la obra para poder alcanzar su objetivo y por medio de un ingenioso aparato consigue en un primer intento sólo cambiar de continente y aquí una pincelada de su humor negro y satírico pues de Francia “cae” en Nueva Francia una colonia del reino francés en lo que ahora es Canadá y desde ese momento podemos dar cuenta de las preocupaciones de nuestro personaje en torno a reflexiones filosóficas y de organización del reino.
En un nuevo intento logra su cometido y llega a la luna donde es objeto de discriminación y mofa por parte de sus habitantes, dibujados por Cyrano como personas que caminan sobre sus cuatro extremidades y en donde conoce a su antagonista-complice el demonio Socrátes, una especie de conciencia-ser superior que ayuda a Cyrano en su paso por la Luna.
 
En su cautiverio, Cyrano es tomado como la hembra de otro terrícola de nacionalidad española (otro guiño satírico) capturado previamente y que llegó a la luna auxiliado de una parvada de aves que lograron traspasar los límites del cielo. En su prisión compartida nuestro autor critica veladamente los complejos y fobias hacia la homosexualidad. También es tomado como un avestruz tras haber fracasado el intento de reproducción con su paisano de planeta, sin embargo dado que aprende el lenguaje de los selenitas puede entrar en disertaciones que mucho nos recuerdan el pensamiento aristotélico sobre la necesidad de los sentidos respecto a la configuración y percepción de lo que nos rodea.
 
Como resolución de los notables de la Luna que, han tenido a bien reconocerle cierta inteligencia a Cyrano, éste puede estar en contacto con los seres sabios locales en algo parecido a tertulias literarias, donde de nueva cuenta y mediante la comparación, critica el sistema de su época como la falta de atención médica, los rituales como entierros entre otros rituales.
 
Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna, tiene elementos fantásticos, los utiliza como un recurso para plantear algo más trascendente y es la condición humana y su comportamiento, pone en duda ciertos elementos de su base de valores. Una obra cuestionante y reflexiva que pese a los años resulta vigente



Etiquetas: Luna,obra,ciencias,humanidades,literatura

Revista Hacia El Espacio de divulgación de la ciencia y tecnología espacial de la Agencia Espacial Mexicana.