En la carrera espacial uno de los muchos objetivos que se plantean es el de tener conocimiento de otras civilizaciones. El fenómeno de comunicación extraterrestre implica grandes desafíos, el principal el del código para completar el ciclo emisor-mensaje-receptor-retroalimentación.
Para saber de otras formas de comunicación el principal instrumento de investigación ha sido el radiotelescopio; hay cientos alrededor del mundo, entre ellos se complementan, relevan y unen esfuerzos para encontrar la aguja en el pajar. A diferencia de la ficción, no se buscan frases, palabras sino “irregularidades” en los espectros de onda en que se mueven las frecuencias ya sea de la luz, rayos gamma, x, o cualquier otro que sea detectable. Es un esfuerzo colosal considerando que los barridos son de distancias en años luz y de espacios casi infinitos, por lo que la ida y vuelta es una larga espera.
Hacia 1977 fueron enviadas las sondas Voyager 1 y 2, en las que se mandaron los ahora míticos discos de oro con saludos en más de 50 idiomas, así como música de diversas partes del mundo. En otro grabado se da cuenta del lugar de la Tierra dentro del sistema solar, imágenes de la Tierra y las siluetas humanas. Estos viajeros siguen un curso al infinito y más allá con la esperanza de que si son encontrados se sepa de la existencia de la humanidad.
En la literatura de ciencia ficción el problema de la comunicación intergaláctica se resuelve de forma más práctica, en muchos casos es mediante la telepatía donde el ser de otras galaxias puede comunicarse con los terrícolas, lo cual de paso deja sin la oportunidad de resistencia que da el silencio.
En el cine tal problema ha sido resuelto más o menos de la misma forma, tal vez con la particularidad de que la vida extraterrestre tiene preferencia por el inglés. Sin embargo, una excepción donde se expone de forma un poco más seria la problemática de la comunicación es la cinta Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, donde la notación musical es el idioma de encuentros. Curiosamente también del año 1977.
Han pasado casi cuarenta años en que una cinta nos plantea el problema que significaría si una civilización extraterrestre de pronto apareciera. Nos referimos a La llegada, dirigida por Denis Villeneuve, quien anteriormente realizó cintas que no tenía relación con ciencia ficción pero que le dieron cierto reconocimiento en festivales. Basada en el cuento corto La historia de tu vida del norteamericano Ted Chiang, La llegada nos presenta como protagonista a la Dra. Louise Banks (Amy Adams), (situación que nos recuerda a Sigourney Weaver en Alien donde contra el pronóstico inicial es una mujer quien lidera la cinta), experta en lingüística y profesora a nivel universitario.
Mientras da su clase la Dra. Banks suena en el edificio de la universidad las alarmas para desalojar. Ya en casa las noticias dan parte del arribo de naves espaciales en diferentes puntos del mundo, cuando es visitada por el Coronel Weber (Forest Whitaker) para requerir su participación, ya que es reconocida por sus habilidades en lingüística; como parte del equipo de acercamiento también se encuentra el físico Ian Donnelly (Jeremy Renner).
Los seres espaciales son llamados heptapods quienes tiene una suerte de tentáculos, más parecidos a calamares gigantes que no se dejan ver a detalle, pero que sin duda tienen en vilo a las fuerzas armadas del mundo pues no se sabe de sus intenciones reales.
Todos los idiomas son polisemánticos, más según el lugar y circunstancia, lo que para unos una palabra puede significar simplemente un postre, para otros significa un insulto, como el caso de la palabra cajeta (dulce de leche) usada en México pero que en ámbitos sudamericanos está muy lejos de ser considerada como un dulce.
Así en La llegada hay momentos de gran tensión por creer un significado diferente de lo que entre ellos hablan y entre lo que ellos quieren comunicar. Los dedos no dejan de estar nerviosos frente al gatillo, una mala interpretación de las intenciones de comunicación pone al mundo en el filo de su propia desaparición.
En la vorágine de interpretaciones y en la clásica línea de acción asignada a los militares que buscan el trancazo directo, la Dra. Banks y Ian, tratan de dilucidar los verdaderos significados ante una amenaza de guerra abierta contra los extraterrestes que tiene a uno de ellos caído, y porque consideran que las intenciones no son bélicas. Y he aquí el punto fuerte de la cinta, donde Banks encara a uno de los líderes invasores y que le han dado por nombre Costello en donde después de estudiar su lenguaje puede comunicarse con él para conocer las intenciones de su visita, pero también para saber que sus recurrentes recuerdos tal vez no lo sean tanto.
Sin duda La llegada también fue el entrenamiento del director de cara a la secuela de una de las películas de culto más valorada dentro del rubro de ciencia ficción, es decir, fue su fogueo para poder realizar Blade Runner 2049.
La llegada (Arrival). EUA. Director, Denis Villeneuve. Actores principales, Amy Adams, Forest Whitaker, Jeremy Renner, Tzi Ma, Michael Stuhlbarg. Duración, 1 hora 56 min. Color. 2016.