La Estación Espacial China, mejor conocida como Tiangong-1  o palacio celestial, fue enviada al espacio el 29 de septiembre de 2011, a bordo de un lanzador Long March 2F/G. Inicialmente se había planeado que la estación sería desorbitada en 2013, para ser reemplazada durante la década siguiente por dos módulos más grandes, las estaciones Tiangong-2 y Tiangong-3. 

Tiangong-1,  en sus dos años de operación, fue visitado por tres naves espaciales Shenzhou. La primera fue la Shenzou 8 (no tripulada), que fue acoplada con éxito en noviembre de 2011, la segunda nave fue la Shenzou 9, en junio de 2012. Por último, la misión Shenzou 10, que estaba tripulada fue acoplada en junio del 2013. Las misiones a Tiangong-1 fueron notables por incluir a las primeras mujeres astronautas de China.

El 21 de marzo de 2016, después de una vida extendida de dos años, la Oficina de ingeniería Espacial anuncio que Tiangong-1 había terminado oficialmente su servicio. Posteriormente, en septiembre del 2016, se dió a conocer la información de que la estación estaba fuera de control, lo más preocupante es que no se sabían cuándo ni dónde caería. Para entonces, las agencias de todo el mundo habían notado su errático comportamiento. Wu Ping, subdirector de la oficina de ingeniería espacial tripulada, dijo: "De acuerdo con nuestros cálculos, la mayoría de las partes del laboratorio espacial se quemarán durante su caída".

Las estimaciones realizadas por Aerospace apuntan a que Tiangong-1 descenderá hacia la tierra en marzo de 2018. 

Aunque China trato de restar importancia al problema, ya que la mayor parte de tiangong-1 se quemará durante la reentrada en la atmosfera, algunas estimaciones sugieren que, entre el 10 y el 40% de los materiales, podrían alcanzar la superficie terrestre. En caso de que esto ocurra, cualquier escombro que llegue a caer en una región de cientos de kilómetros de extensión, podría significar un riesgo, aunque sean muy bajas las posibilidades de que caigan en zonas habitadas, lo más probable es que los restos de Tiangong-1 caerán entre los 40° Norte y los 40° , señalados en las franjas amarillas del mapa que se muestra a continuación:

Las franjas amarillas indican las regiones con mayor probabilidad de caida de objetos, el área verde tiene poca probabilidad y las azules tienen cero probabilidades. Aún así, algunos expertos consideran que es muy bajo el riesgo, las posibilidades de que una persona sea golpeada por los restos de la estación espacial Tiangong-1 es aproximadamente un millón de veces menor que las probabilidades de ganar el premio mayor de la lotería.

No obstante, los cálculos realizados por los investigadores de la red de vigilancia de Estados Unidos y otras agencias muestran que, la estación espacial caerá en una zona de impacto cubierta por océano o en una zona despoblada del planeta.

La inminente caída de la primera estación espacial China, no ha frenado los planes del país asiático para conquistar el espacio. En septiembre de 2016, se puso en órbita Tiangong-2, el laboratorio de segunda generación que responde al mismo nombre que su predecesor fuera de control. Fue aquí donde China logró completar su misión espacial tripulada más larga, recopilaron datos acerca de los efectos de la microgravedad en el cuerpo humano. Además la Agencia Espacial China continúa trabajando para conseguir el lanzamiento del Tiangong-3 y así poder desarrollar en algún momento una estación espacial permanente.

Cabe mencionar que no es la primera vez que una nave espacial fuera de control cae a nuestro planeta, sucedió en el pasado con la sonda rusa Phobos-Grunt y con la estación espacial Skyline de la NASA, que por cierto, no ocasionaron víctimas ni daños materiales. No obstante, la Estación Espacial China, al tratarse de un artefacto de grandes dimensiones, con un peso aproximado de 8 toneladas, acaso ¿se tendrían que tomar medidas extremas para minimizar algún riesgo para la población? No sabemos aún si se implementará algún plan de contingencia, o si la comunidad internacional sancionará a China; lo que sí sabemos es que este país tiene la capacidad económica, humana y tecnológica para el desarrollo de un proyecto a gran escala en poco tiempo; será interesante observar las acciones que los chinos tomarán a partir de este acontecimiento.