El Museo de la Cosmonáutica está localizado en el noroeste de la ciudad de Moscú, en la base del Monumento a los Conquistadores del Espacio, el segundo monumento más alto en Rusia. Esta impresionante estructura en forma de obelisco coronada por un cohete espacial, está recubierta de titanio, mismo material con el que se construyen los cohetes espaciales. El monumento fue eregido en 1964 para celebrar los logros soviéticos en materia de exploración espacial, y alcanza una altura de 107 metros.
El acceso al museo está precedido por una estatua del padre de la cosmonáutica rusa; Konstantín Tsiolkovski. Según los principios establecidos por él, hicieron posible que el ser humano pusiera en órbita el primer satélite artificial y que poco después llegara por primera vez al espacio exterior un ser humano, cuando la nave en la que viajó Yuri Gagarin se colocó en órbita alrededor de nuestro planeta impulsada por un cohete construido con base en las propuestas de Konstantín.
El museo fue inaugurado el 10 de abril de 1981, dos días antes del vigésimo aniversario de la llegada al espacio del piloto ruso Yuri Gagarin.
Distintos conceptos sobre la ubicación de la Tierra en el Universo.
En la entrada del museo se localiza una pared decorada con esculturas que representan las distintas concepciones históricas de las diferentes culturas del planeta sobre la ubicación de la Tierra en el Universo.
Para la civilización griega Atlas era el líder de los titanes, quienes perdieron una batalla en contra de los Dioses del Olimpo; como castigo, Zeus ordenó que Atlas cargara la bóveda celeste.
Durante la civilización egipcia, Atón era una deidad solar del Antiguo Egipto que representaba al disco solar en el firmamento. Lo representaba con un disco solar del cual surgían rayos con manos extendidas hacia su pueblo, como se puede ver en la imagen.
Para la civilización de la antigua India, la Tierra era plana, donde había cuatro elefantes que apoyaban la tierra y se descansaban sobre una tortuga que nadaba en el agua.
Hay una representación del sistema ptolemaico, que describe el movimiento de los planetas. En la imagen se puede ubicar al sol y los distintos anillos que representaban los planetas en el sistema solar. Esta idea fue concebida en el siglo II.
En otra parte podemos observar un astrolabio esférico creado por Eratóstenes con el que se puede medir los movimientos de los astros en la esfera celeste.
También encontramos una esfera celeste construida por Mohamed ben Muwajed el Ordhi en 1279, que ayudaba en la predicción de las mediciones astronómicas.
Se puede ver al Sol con 4 fases (estaciones) de la Tierra a su alrededor, con una parte sombreada cada una, se le atribuye a Nicolás Copérnico y su teoría heliocéntrica: la Tierra gira sobre su propio eje una vez al día, con una pequeña inclinación del eje terrestre y el sol en el centro del universo conocido.
La última imagen es la representación del sistema solar de acuerdo a Kepler, que hablaba que los planetas iban dentro de poliedros perfectos uno al interior de otro. En total eran cinco poliedros, en aquella época se creía que solo había cinco planetas: Marte, Júpiter, Saturno, Tierra y Venus.
¡Y no podía faltar nuestra Piedra del Sol, o Calendario Azteca, como popularmente se le conoce, y en donde se describen los movimientos de algunos de los astros, los ciclos de meses de 20 días, años de 18 meses y ciclos de 52 años!
Algunas exhibiciones dentro del Museo de la Cosmonáutica.
En los primeros pasajes del museo se habla de la Edad de Oro de la exploración espacial rusa. Un ejemplo es que hay una réplica del primer satélite ruso, el Sputnik 1.
También se pueden ver trajes espaciales originales el del modelo “Berkut” que se usó por primera vez en 1965, cuando el soviético Alekséi Leónov hizo la primera salida de la nave de un astronauta en el espacio exterior, así como herramientas con la que entrenó Yuri Gagarin para su vuelo al espacio.
Se muestra la historia de la perrita Laika, y en el museo hay una réplica de ella; además como un dato interesante hubo 12 perros más que viajaron al espacio, de los cuales cinco sobrevivieron. Algunos de ellos están en este museo, disecados por supuesto, por ejemplo, Flecha y Ardilla.
Apollo-Soyuz.
También se exhiben en el museo réplicas de transbordadores de otras naciones, así como el proyecto conjunto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, llamado Apollo-Soyuz, que marcó el fin de la llamada “carrera espacial” e inició la cooperación espacial entre los dos paises.
La Bóveda Celeste según la visión de distintas culturas.
A la salida del museo, en el techo de esta sala, aparecen unas réplicas de figuras representativas de la Bóveda Celeste.
Aparece la misma imagen del Sistema Solar de Copérnico antes explicada; el de la cultura egipcia (Templo de la diosa Hathor en Dendera, Egipto) donde representan las constelaciones zodiacales con sus dioses, así como una representación medieval del sol, la luna y las estrellas en un fondo azul. ¡Y de nueva cuenta, la Piedra del Sol, o Calendario Azteca!. Los símbolos solares siempre representaron la mayor importancia de los cuerpos celestes para todas las culturas alrededor del mundo.
Imágenes: Axel Nuñez
Museo de la Cosmonáutica. Dirección: 111 Prospecto Mira, Moscú, Rusia. Abierto los días martes, miércoles, viernes a domingo, de las 10 a.m. a 7 p.m.; jueves de las 10 .m. a las 9 p.m., cierra los lunes. http://www.kosmo-museum.ru/?locale=en
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