El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido en la vida humana, animal y vegetal. En la actualidad 2,200 millones de personas viven sin acceso a agua potable, es por ello que el objetivo de esta celebración es hacer conciencia acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas que hagan realidad el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
La idea de celebrar el día internacional del agua nace en 1992, año en el que tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro y en la que se origina dicha idea. Ese mismo año, la Asamblea General adoptó la iniciativa, por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, siendo 1993 el primer año de celebración.
El agua es un recurso natural compuesto por moléculas de hidrógeno y oxígeno, que es indispensable para la vida, por ello es considerado como el oro líquido del planeta, su consumo hace posible que todas las especies existan. El agua es un recurso limitado, si un día llegara a escasear, traería consecuencias irreversibles para la humanidad.
El derecho humano al agua es indispensable para vivir dignamente, es un recurso valioso e indispensable que no llega a un gran número de personas en distintos países, sobre todo a los más pobres, donde el agua potable no es accesible. Es por eso que cada año se selecciona un lema o tema central, este 2022 el foco de atención se centra en las aguas subterráneas.
Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua). Estas aguas alimentan manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos. La mayoría de las zonas áridas del planeta dependen completamente de este recurso, que suministra una gran proporción del agua que se utiliza para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales. Las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos.
Por ello son protegidas de la sobreexplotación, es decir, extraer más agua de la que se recarga con la lluvia y la nieve, y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede provocar el agotamiento de este recurso. Este año, se pretende volver al estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades humanas, animales y vegetales.
El agua subterránea supone la mayor reserva de agua potable en las regiones habitadas por los seres humanos.