El agua está formada por hidrógeno y oxígeno, dos átomos relativamente abundantes en el universo, de modo que si se dan las condiciones, se le encuentra en el espacio, aun en las regiones más remotas, afirma Luis Felipe Rodríguez Jorge, investigador del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM.
Además de la Tierra, en el Sistema Solar, hay otros cuerpos que tienen agua, no en estado liquido sino en forma de hielo, entre ellos Marte, la Luna, bajo su superficie, y algunos cráteres en cantidades pequeñas, así como los cometas.
En algunas regiones del espacio, llamadas nubes moleculares, se dan las condiciones para que los átomos se peguen y formen moléculas diversas, entre ellas el monóxido de carbono, el amoniaco y el agua.
Sin embargo, las moléculas de agua solo pueden permanecer en lugares relativamente fríos. En la superficie de una estrella, donde la temperatura es muy alta, las moléculas de agua se romperían y volverían a ser átomos individuales, pero en las regiones frías sí puede formarse y mantenerse, ya sea como hielo o como vapor de agua.
En el espacio, cuando el agua se encuentra en forma de vapor o de hielo, presenta emisiones en ondas de radio o en la banda infrarroja. Gracias a esta propiedad, se le puede encontrar en objetos muy lejanos mediante radiotelescopios y telescopios infrarrojos.
Gracias a que el agua emite ondas de radio muy intensas, llamadas emisiones tipo máser (detectables mediante radiotelescopios), y al avance de la tecnología, se sabe que hay agua, incluso en otras galaxias. El investigador Luis Felipe Rodríguez, pionero de la radioastronomía mexicana, en colaboración con otros colegas, detectó agua en forma de vapor en regiones de formación de nuevas estrellas.
El radioastrónomo explica que, en el espacio, el agua se encuentra solamente en forma de hielo o en forma de vapor. Si la temperatura es alta, el agua se encuentra como vapor, pero si esta es baja, el agua pasa directamente de su estado gaseoso al estado sólido porque las presiones ahí son muy bajas, a diferencia de la superficie de la Tierra, en donde es posible que se encuentre en estado líquido.
El también ex director del Instituto de Astronomía de la UNAM ha estudiado en una zona de formación de estrellas un objeto en el que se encuentran moléculas diversas, pero también vapor de agua. El hallazgo se realizó hace ya cerca de siete años y a partir de entonces, el grupo de especialistas que lo encontró, ha seguido estudiando este objeto.
Very Long Baseline Array
El hallazgo se realizó con un instrumento llamado Very Long Baseline Array (VLBA) que es propiedad de los Estados Unidos. Se trata de un arreglo de 10 radiotelescopios de grandes dimensiones, que se usan en combinación, para captar ondas de radio remotas, 8 de ellos se encuentran en el continente, en Norteamérica, uno en Hawaii y otro en las Islas Vírgenes.
Estos radiotelescopios permiten estudiar con detalle muy fino las emisiones. Con ellos, se puede ver si algo es muy delgado o si algo está constituido por dos o tres objetos; además el VLBA tiene una gran resolución angular, que es la capacidad de ver el detalle muy fino en las fuentes cósmicas.
A través de estos instrumentos, los investigadores han encontrado una estrella en el centro de este objeto que es como una cáscara o burbuja de vapor de agua, pero inmenso, mucho más grande que el sistema solar.
El investigador, quien también es uno de los miembros más jóvenes del Colegio Nacional, advirtió que, al paso del tiempo, esa burbuja de vapor de agua, se ha ido rompiendo al chocar con otras nubes u otro material que hay en el espacio.
La hipótesis es que tras una explosión en la estrella, surge esta especie de cáscara de vapor de agua que se expande y, muy rápidamente, encuentra otro material en el espacio y se destruye. Los especialistas piensan que estos objetos gozan de muy corta vida, la cual puede durar unos 50 o 100 años, por lo que es improbable encontrar este tipo de estructuras.
Los científicos que participaron en el hallazgo calcularon que el volumen de agua que había en esa burbuja, de tamaño mayor que el sistema solar, era aproximadamente la cantidad de agua que hay en los océanos de la Tierra, solo que en forma gaseosa y en rápida expansión.
Estudiar estructuras similares, sugiere que hubo agua desde que el Sistema Solar era muy joven, porque se sabe que esta burbuja proviene de una estrella muy joven que quizá tenga ya planetas o esté en el proceso de formarlos.
Aunque la formación del agua es un fenómeno relativamente común, y los mismos procesos que formaron el agua en la Tierra pueden crearse en otros lados del universo, no significa que dispongamos de ella. El agua que hay en la Tierra se debe cuidar, porque es un recurso finito y, por mucho tiempo no existirá la tecnología para disponer del agua de otro lado de la galaxia ni del resto del sistema solar, concluyó Rodríguez.