Los proyectos espaciales están sujetos a grandes riesgos. Esto se debe a que requieren del desarrollo y del uso de tecnología avanzada, en muchos casos tienen ciclos de vida muy largos, y están sujetos a la coordinación entre muchos actores, entre otras causas. Por ejemplo, a pesar del gran porcentaje de lanzamientos exitosos que se da en la actualidad, los lanzamientos de satélites son cualquier cosa menos que rutina. Un lanzamiento exitoso requiere la ejecución de una gran cantidad acciones que tienen que desarrollarse de manera coordinada por muy diversos actores. Hay muchas operaciones complicadas como el transporte de la carga útil al sitio de lanzamiento, el abastecimiento de combustible del impulsor, y la prueba de todos los sistemas, entre muchas otras, que de no realizarse correctamente, pueden obstruir o retrasar toda una misión. Por esta razón, una actividad primordial para asegurar el éxito de un proyecto espacial es la administración de riesgos.
¿Qué es un riesgo?
Los riesgos son eventos potenciales que tienen impactos negativos en la seguridad, el rendimiento técnico de un proyecto, su costo, o el cronograma. Los riesgos son inevitables, pueden reducirse, pero nunca eliminarse. Por ejemplo, en el lanzamiento de un satélite, un cambio repentino en las condiciones climáticas podría arruinar la misión, por lo que es importante considerar estos posibles cambios en la planeación de la misión.
La administración de riesgos tiene como objetivo identificar, evaluar y controlar los riesgos de un proyecto espacial de forma sistemática, proactiva, integral y rentable, teniendo en cuenta las limitaciones técnicas y programáticas del proyecto. Además de lo anterior, la administración de riesgos, realiza un seguimiento continuo para confirmar que los riesgos del proyecto están disminuyendo, comunica y documenta el estado de los riesgos del proyecto, y repite todo este proceso a lo largo de la vida del proyecto.
Tipos de riesgos
Los riesgos en los proyectos espaciales pueden ser de muchos tipos, entre los que se encuentran:
- Riesgos técnicos
- Riesgos de seguridad
- Riegos de financiamiento
- Riesgos de costos
- Riesgos programáticos
- Riesgos en el cronograma
- Riesgos regulatorios
Los riesgos técnicos están relacionados con el desempeño de los componentes, subsistemas y/o sistemas requeridos para realizar una misión. Estos riesgos se pueden referir a un desempeño subóptimo como por ejemplo: un menor empuje de un motor cohete, menor ganancia de una antena, o cambios en la eficiencia de conversión de una celda fotovoltaica.
Las riesgos de seguridad se refieren a las afectaciones negativas que pueden ocurrir sobre la integridad de instalaciones, equipos y personas durante el desarrollo de un proyecto o en el transcurso de una misión. Estos riesgos son muy pronunciados en los proyectos espaciales debido a la gran incertidumbre de las condiciones ambientales en las que operan las misiones.
Los riesgos de financiamiento tienen que ver con cambios en las políticas de los agentes que financian los proyectos espaciales, tales como los gobiernos, universidades y empresas.
Los riesgos de costos se deben al posible aumento en los costos del proyecto derivados de factores como cambios en el mercado, aumento de impuestos, devaluación de la moneda, cambios en las especificaciones técnicas y retrabajos, entre otros.
Los riesgos programáticos se refieren a cambios en el desarrollo de las actividades planeadas en un proyecto derivados de cambios en el diseño, cambios tecnológicos o cambios producidos por la rotación del personal, entre otros. Un ejemplo de cambio programático puede ser el reajustar el desarrollo de un proyecto debido a la aparición de componentes más adecuados en el mercado.
Los riesgos en el cronograma se refieren a retrasos en el desarrollo de las actividades de un proyecto, derivados de otros factores, como retrasos de los proveedores, retrasos en las asignaciones presupuestales, cambios en el clima, entre muchos otros.
Los riesgos regulatorios son riesgos relacionados con el incumplimiento de regulaciones que pueden impedir o retrasar el desarrollo de una misión. Entre estos riesgos están el retraso en la obtención de concesiones para operar frecuencias de radio, la obtención de permisos de importación e importación, y el no ajustarse a estándares, entre otros.
La administración de riesgos consiste en las siguientes etapas:
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Identificación de los riesgos
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Análisis de riesgos
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Control de los riesgos
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Seguimiento
Identificación de riesgos
El primer paso de un programa de administración de riesgos es entender e identificar los riesgos que enfrenta el proyecto. Para esto es necesario, en primer lugar, entender en qué consiste el proyecto y qué es lo que constituye un riesgo. Esto hace necesario definir con precisión cuáles son los criterios de éxito de una misión y, a partir de ahí determinar cuáles podrían ser las causas que podrían afectar negativamente su desempeño.
Una vez definidos, los criterios de éxito deben comunicarse claramente a todos los miembros del equipo de trabajo para ayudar a identificar los riesgos. Es importante hacer notar que los criterios de éxito no son estáticos, sino que continuarán evolucionando a lo largo del ciclo de vida del proyecto.
A partir de los criterios de éxito, los riesgos deben ser identificados por todo el equipo que desarrolla el proyecto y es conveniente que en su identificación participen expertos que hayan realizado proyectos similares anteriormente para que apliquen su experiencia y las lecciones aprendidas en proyectos anteriores. En esta etapa es recomendable que los riesgos identificados sean posteriormente revisados por pares para validarlos y afinarlos.
Un posible resultado de la identificación de los riesgos podría ser incluso la cancelación de un proyecto si se determina desde el principio que existe un alto riesgo fracaso y no resulta rentable mitigarlo.
Análisis de riesgos
Una vez que los riesgos han sido identificados, estos deben clasificarse de acuerdo a dos dimensiones: impacto y probabilidad de ocurrencia. Esta clasificación generalmente se plasma en una tabla en la que se asignan valores tanto al posible impacto como a la probabilidad de ocurrencia.
El impacto de cada riesgo se puede calificar en una escala que vaya desde leve hasta catastrófico, pasando por moderado y grave, o cualquier otro tipo de clasificación. En ocasiones es conveniente asignar valores numéricos a esta clasificación para tener una medida cuantitativa del impacto.
Calcular la probabilidad de ocurrencia de un riesgo puede realizarse con la ayuda de datos históricos de eventos similares. Esto a menudo no es posible por la falta de datos históricos, por lo que, a falta de éstos, muchas veces se recurre a una estimación subjetiva basada en la experiencia de quienes identificaron los riesgos. La Tabla 1 presenta un ejemplo de clasificación de riesgos de acuerdo a su impacto y su probabilidad de ocurrencia.
Tabla 1. Clasificación de riesgos
Una vez que se clasifican los riesgos, entonces se pueden priorizar por relevancia con el objeto de atender los más relevantes.
Control de los riesgos
Una vez que se identifican los riesgos, entonces hay que controlarlos. En el caso de los riesgos poco relevantes o medianamente relevantes se puede decidir que la acción de control es únicamente tenerlos presentes y monitorearlos periódicamente para estar atentos a cualquier cambio en su clasificación. Si por alguna razón un riesgo que se consideraba poco relevante, aumenta su relevancia, entonces tendrá que ser tratado consecuentemente.
En el caso de los riesgos relevantes, el control puede significar transferir el riesgo a otro agente, como por ejemplo adquirir un seguro, o bien implementar un plan para disminuir su impacto o su probabilidad de ocurrencia. Este plan involucra el identificar las causas de cada riesgo y definir una estrategia que incluya posibles métodos de mitigación y puntos de control para ver si la amenaza ha sido eliminada o reducida a un nivel aceptable.
Para el control de los riesgos, es importante también que cada riesgo tenga un propietario que elabore un documento de control por cada riesgo y se responsabilice de su seguimiento.
El documento de control de cada riesgo a atender, típicamente debe contener los siguientes conceptos:
- Título de riesgo
- Propietario
- Descripción del riesgo
- Causa raíz
- Categoría de causa (tecnología, programática, costo, calendario, etc.)
- Impacto del riesgo y recursos afectados (presupuesto, holgura del cronograma, márgenes técnicos, etc.)
- Probabilidad: estimación de la probabilidad de ocurrencia
- Consecuencias: estimación del rendimiento, costo, seguridad y efectos del cronograma
- Acciones de mitigación
- Hitos significativos
- Puntos de control para medir la efectividad de la estrategia de mitigación
Seguimiento
La administración de riesgos no es una actividad estática: requiere que todos los riesgos sean rastreados y actualizados a través de revisiones regulares, generalmente cada mes. El monitoreo continuo de los riesgos permite una mejor control sobre los recursos que se utilizan en el proceso de mitigación.
A lo largo del proceso de administración de riesgos, la comunicación es un elemento clave para garantizar el éxito, por lo que todos los miembros del equipo deben estar informados sobre los procesos que se utilizan, y las decisiones deben estar debidamente documentadas. En la Fig. 1 se muestra un diagrama de flujo de un proceso típico de administración de riesgos.
Figura 1. Proceso típico de administración de riesgos.
Estándares internacionales
Las agencias espaciales han desarrollado estándares para administrar los riesgos de los proyectos espaciales. Entre los estándares más importantes están los de la ESA y la NASA. Estos estándares son los siguientes:
ECSS-M-ST-80C, Space Project Risk Management de ESA
GSFC-HDBK-8005, Guideline for Performing Risk Assessments de NASA
Adicionalmente, la NASA publica el NASA Risk Management Handbook, el cual puede consultarse en la siguiente página: https://ntrs.nasa.gov/search.jsp?R=20120000033
Es crucial
La administración de riesgos es crucial para garantizar el éxito de los proyectos espaciales. En general, todos los proyectos espaciales que realizan las empresas aeroespaciales “grandes” y las agencias espaciales de todo el mundo comienzan con un plan de administración de riesgos. Es por esto que, aún los proyectos espaciales más modestos, desarrollados por grupos universitarios o empresas pequeñas deben de empezar con un robusto plan de administración de riesgos. El no tenerlo es un lujo que no se pueden dar y constituye una receta segura para el fracaso del proyecto.