Los eclipses son eventos astronómicos extraordinarios que han desconcertado y cautivado a la humanidad a lo largo de la historia. A lo largo del universo se pueden observar toda clase de eclipses. Durante el 2023, el telescopio James Webb captó la imagen de una galaxia que pareciera formar un signo de interrogación. Un eclipse se define como la ocultación transitoria total o parcial de un astro por interposición de otro cuerpo celeste. En este caso, un objeto sin luz podría estar ocultando la luz de una galaxia, lo que ocasiona que se vea de esta forma. De ser así, sería un eclipse bastante raro, no obstante, hasta la fecha, los eclipses más extraños que se han observado a lo largo de todo el universo ocurren en nuestro Sistema Solar, en la Tierra, para ser precisos, y son los eclipses Solares Totales
Lo que hace verdaderamente excepcionales a los eclipses en la Tierra es la increíble casualidad de tamaño y distancia que existe entre la Luna, el Sol y nuestro planeta. Para comprender la rareza de los eclipses en la Tierra, es fundamental tener en cuenta la configuración única de nuestro sistema solar. La Luna, nuestro satélite natural, tiene un tamaño relativamente pequeño en comparación con el Sol, pero está situada a una distancia precisa que le permite proyectar una sombra perfecta durante los eclipses solares totales. Esta combinación de tamaño y distancia es sumamente improbable en el vasto cosmos, lo que hace que los eclipses totales en nuestro planeta sean fenómenos excepcionales y difíciles de replicar en otros sistemas planetarios. Hasta la fecha es el único que se ha observado con estas características en todo el universo.
La casualidad astronómica que permite la ocurrencia de eclipses solares totales en la Tierra se basa en una relación de proporciones casi perfecta entre el diámetro aparente del Sol y el de la Luna desde nuestra perspectiva terrestre. Aunque el Sol es aproximadamente 400 veces más grande que la Luna, también se encuentra aproximadamente 400 veces más lejos de la Tierra que nuestro satélite. Esta coincidencia de proporciones crea el efecto visual único durante un eclipse total, donde la Luna cubre completamente la cara brillante del Sol, revelando la corona solar y creando un espectáculo celestial inigualable.
Los eclipses en la Tierra tienen un valor científico significativo. Estos eventos astronómicos proporcionan oportunidades únicas para estudiar la atmósfera solar, la estructura interna de la Luna y la dinámica orbital en nuestro sistema planetario. Por ejemplo, durante un eclipse solar total, los científicos pueden observar la corona solar, estudiar su composición y comprender mejor los procesos físicos que ocurren en la estrella más cercana a nosotros, lo que nos ayuda a prepararnos en caso de alguna ráfaga solar que podría afectar a nuestra tecnología.
Además, han ayudado a experimentar y confirmar teorías tan importantes como la teoría de la relatividad de Einstein. Durante el año de 1919, al astrofísico y filósofo Sir Arthur Eddington se le ocurrió que, si la teoría de la relatividad era cierta, el Sol, al ser un objeto masivo en el espacio, tendría que curvar al espacio y dejar ver a las estrellas que en realidad se encuentran detrás de él, a su alrededor. Esto solo sería posible durante un eclipse que tapara la luz del astro. Aquél año, por primera vez se pudo observar la curvatura del espacio al lograr ver que, en efecto, las estrellas se veían en los alrededores del Sol.
Por otra parte, existen métodos que ocupan los astrofísicos para observar al espacio y descubrir nuevos cuerpos celestes. El método transitorio, por ejemplo, ha servido para descubrir alrededor del 80% de los exoplanetas en el universo observable. El método consiste en observar a un cuerpo eclipsar a otro, pues objetos que no emiten luz solo son posibles de observar al eclipsar a uno que sí emite luz. No obstante, esto no quiere decir que solo los cuerpos sin luz pueden causar eclipses. El grupo de los sistemas binarios eclipsantes son un grupo de estrellas binarias donde, acorde a su órbita en relación con la perspectiva de la Tierra, una estrella eclipsa a su hermana al pasar frente a ella.
El tema con los eclipses es complejo. Todavía existe controversia con su definición. Por ejemplo, la ISS (Estación Espacial Internacional) se encuentra en estado de eclipse constantemente. Unas 16 veces al día, ya que pasa por detrás de la Tierra (desde el punto de vista del Sol) y queda en total oscuridad durante ese periodo, pero, como no existe el día y la noche en el espacio, se dice que está en eclipse. Esto lleva a cuestiones más complejas como preguntar si ¿Un astronauta puede ocasionar un eclipse al posicionarse frente al Sol desde la perspectiva de otro astronauta? Los trajes espaciales se consideran vehículos, al igual que una nave y ambos, al estar en el espacio, así como una estación espacial, se convierten en cuerpos celestes. A veces termina siendo complicado definir qué es un eclipse.
En cuanto a la observación segura de los eclipses solares, es fundamental seguir precauciones adecuadas para proteger la vista de posibles daños causados por la radiación solar. Se recomienda utilizar filtros solares certificados o gafas especiales diseñadas para la observación astronómica, evitando mirar directamente al Sol sin protección adecuada. Además, las proyecciones indirectas y otras técnicas seguras permiten disfrutar del fenómeno sin riesgos para la salud visual.
En conclusión, los eclipses solares totales en la Tierra son eventos astronómicos raros y extraordinarios que reflejan la increíble casualidad de tamaño y distancia entre la Luna, el Sol y nuestro planeta. Su singularidad no solo nos maravilla desde una perspectiva científica, sino que también nos conecta con la vastedad y complejidad del cosmos que habitamos. Al apreciar la rareza de los eclipses terrestres, podemos profundizar nuestra comprensión del universo y nuestra posición dentro de él.
